Justin Bieber decidió mejor trasladar todos sus gestos de «brillantez» a las redes sociales, particularmente en Instagram.
De esta manera, ha canalizado su energía en hacer tonterías que puedan acarrear burlas, a fotos donde expresa «toda la esencia de su ser».
Por ejemplo, esta expresión de ingenio, sabiduría y sapiencia, vino de todas las burlas que provocó luego de ponerse rastas. Porque de tener el peinado de la «Octomom», típica ama de clase media alta de los suburbios, decidió ser Bob Marley. Y esa falta de coherencia hasta la notaban sus fans.
«Si tú no eres raro no me gustas, porque a mí me gusta», sentenció Justin, mientras hablaba de las burlas en su dialecto inteligible. Quizás eso es preferible a dejar mascotas que no puedes cuidar en países como Alemania (sí, el pobre miquito del que nunca se preocupó), dormir con prostitutas y que graben todo (como en Brasil), golpear fotógrafos y profanar banderas (como en Argentina), tirar huevos, cargar marihuana y manejar ebrio.
Gracias a esto, en el «roast» que le hicieron pudieron desquitarse de él de lo lindo, con chistes que tuvo que aguantar con estoicismo:
Pero Justin no deja de ser Justin. Y por eso, esta vez, decidió postear otra publicación refinada, brillante e ingeniosa. Algo digno de cualquier «jock» de escuela de secundaria:
Quizás Justin siga todavía traumatizado por las burlas de su anuncio de Calvin Klein, donde le hicieron Photoshop a sus partes privadas para verlas más abultadas. O quizás necesitaba reafirmarse. Solamente puso en el pie de foto «Mis Calvins».
Por supuesto, muchos comentarios oscilaron entre el shock y la admiración por aquello que Justin se empeña en mostrar con tanta claridad.