Donde nace el papán y canta la luna
Para Elissa Sosa
La región totonaca de Papantla cuenta con una gran cultura desde tiempos ancestrales, su gente, la gastronomía, los rituales, los imponentes vestigios arqueológicos, su exuberante vegetación en donde los cultivos y la aromática vainilla al igual que los hombres y mujeres destacados proliferan en esa paradisiaca región; políticos, intelectuales, maestros, poetas y escritores como don Maclovio nacido en esta región.
Llegó a estas tierras el 3 de mayo de 1936 en Zozocolco de Hidalgo, Veracruz, su padre el profesor Ricardo Sosa y su progenitora la señora Herminia Palomino. Después de cursar sus estudios básicos sigue los pasos de su padre realizando estudios para egresar como maestro, inicia su actividad docente en Coxquihui, posteriormente lo hace en su tierra natal, para ofrecer su ejercicio pedagógico en la paradisiaca ciudad de Papantla en la escuela María Gutiérrez, en donde laboró hasta el día de su jubilación en 1993; como vemos toda una vida dedicada al noble ejercicio de la educación. Esa vocación lo llevó a recibir los honores del “Cum Laude” por la Escuela Superior del Estado de Puebla, por su contribución a la cultura en la especialidad de Lengua y Literatura, también como sensible profesor de música.
Una de sus pasiones fue precisamente la música que no sólo enseñó a niños y jóvenes aunado a esto fundó el grupo “Niños Cantores de Papantla”. Fue el mantenedor de los Juegos Florales Nacionales de la Feria de Corpus Cristi de Papantla durante 24 años de 1986 al 2008, así como de la Rondalla Voces y Guitarras, formó grupos de de declamación entre sus variadas actividades.
Fundó una Asociación Civil Cultural que publicó los libros Antología de los Juegos Florales de Papantla y Laurel y Olivo, poemario de Guillermo López Muñoz. También fundó la Casa de Cultura en Zozocolco de Hidalgo Veracruz; fue un especialista de la historia de Papantla ofreciendo a lo largo de su vida su historia, costumbres y experiencias. Comentó infinidad de libros gracias a su vasto conocimiento en diferentes disciplinas.
Por si con lo mencionado no fuera suficiente, también fue un destacado compositor un etnomusicólogo de la huasteca serrana, a él se deben los himnos a seis escuelas de la región y otras instituciones, compuso además melodías de corte romántico, sones huastecos, corridos, boleros y baladas escuchadas muchas de ellas en estaciones de radio y televisión en el estado y los circundantes. Este estupendo compositor produjo una excelente obra en disco compacto con apoyo de CONACULTA en donde plasma catorce de sus composiciones que llevan por título Un son que canta en la sierra en voces de cantores de la Huasteca.
Escribió una gran cantidad poemas y de obras biográficas, educativas, memorias y de teatro entre las sobresalientes se encuentran: Antologia del huapanguero “El ciego”, Caminos de sangre, Cartas al maestro Carlos A. Carrillo, Carta a la escritora argentina Victoria Chenout, Memoria de 20 años de la Escuela Secundaria General Papantla, y las obras de teatro El mártir Chichiomeca, El siete leguas, La venganza de Adelita, Un pueblo en armas, El muerto murió de verdad, Los dos voceadores, Águila que cae, Narciso Mendoza.
Acompañó gran cantidad de libros con sus prólogos, fue reconocido por su trayectoria académica y desde luego por su ardua labor en pos de la promoción de la cultura en sus diversas expresiones. Cómo no recordar el merecido Premio Estatal a la Superación Ciudadana, o la Medalla al Mérito Docente “Ignacio M. Altamirano”, sólo por citar algunos de los diez reconocimientos más importantes que recibió en vida y desde esta columna nos unimos valorando a uno de los veracruzanos distinguidos que han dado esta noble comarca de la huasteca veracruzana.
La ciudad de Papantla y toda la región totonaca, su natal Zozocolco “lugar de cántaros del sol” del que fue cronista vitalicio, recibieron con tristeza la partida de uno de sus grandes hombres el sábado 26 de enero del año 2008.
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