Ya no sé si empezar a escribir o empezar a esperar. Llegué demasiado temprano a Soledad de Doblado para el cierre de campaña de Héctor Yunes. Hay 32 grados al mediodía pero yo siento como si fueran 40!
Escribo o espero…?
Paso por la escuela primaria Morelos y pregunto si ahí estudiaron Héctor o Miguel. Me dicen que Héctor no, que la primaria la hizo en el Puerto, en La Salle. Miguel Ángel sí. Allá le decían «el Piojo Blanco», aunque a ambos primos se les conocía como «los Turcos».
Estoy en el mercado Juárez, donde minutos antes, una señora nos presumió la comida de doña Filo.
Pido un mondongo que no tiene vergüenza y me quedo con las ganas de las picadas que come Orlando García Ortiz y Chucho López Espinosa… Se le hacen conocidos los apellidos? Sí, es hermano de Lupita López, eterna ex compañera de Política.
Escribo o espero…?
Salimos por el callejón Juárez y me dicen: «aquí vivió Héctor, y a la vuelta, sobre la calle Morelos, vivía su tío Pepe», me indican. Tenían un Tío Pepe Yunes!
Caminamos unas calles y en Hidalgo con Zamora, me señalan varios locales: «era la casa de Beto Yunes, otro tío». Sobre Abasolo con Morelos, unos locales de Carlos Barra, ex jugador de los Tiburones Rojos, quien se casó con una choleña.
Por allí pasa Vicente Garrido, el cronista de la ciudad, quien presume tener más de diez mil fotos de la historia de este municipio. Es cuñado de Jacy Meza, columnista de Notiver.
Escribo o espero…?
Por el parque nos encontramos a Antonio Rodríguez Baranda (manda un saludo a Pedro Manterola… Lo aprecia… Lo apreciamos). Me presenta a su hijo… Veo a Harry Jackson Sosa… Están a unos cuantos metros de una tortillería y una farmacia… Allí, en la esquina de Guerrero con Morelos vivió Miguel Ángel Yunes Linares.
«Tiene un cuerpazo… Por eso está aquí», me dice un tendero quien señala un póster de Mariana Dunyaska, candidata a diputada local por Medellin.
Escribo o espero…?
Transitamos por la Prolongación 2 de Abril, colonia Ánimas y entramos a una palapa. Una manta llama mi atención:
«Disfrutando un buen platillo / sabroso, frío o caliente/ cuando al diente sacas brillo/ te darás cuenta de repente/ que estando con Camarillo / siempre estarás mejor que enfrente».
Volteo y vemos que tenemos de vecino al Panteón Municipal. Festejo los versos y el momento se vuelve propicio para que Orlando García declame «Carta a León Felipe», interpretando las décimas del Maestro Guillermo Cházaro Lagos; pero si eso fuera poco, deleita a los comensales con «Morena», de Francisco Aguirre Beltrán. Recuerda que la primera vez que escuchó esos versos, fue a Fidel Herrera Beltrán. Aunque la que no tuvo desperdicio fue el «Poema de la culpa», de José Ángel Buesa.
Escribo o espero…?
Sobre la Prolongación, hacia Purga, pasan remolques con caballos. Habrá una cabalgata que acompañará a Héctor Yunes Landa para llegar a Soledad de Doblado, me anuncian. Y mientras los caballos van, los camiones entran… Apuestan unas 35 mil personas en la concentración hectorista.
Escribo o espero…?
Falta como hora y media para que inicie el evento… Calculamos acabar de comer y buscar un lugar estratégico para estar en el cierre de Héctor… En el cierre de campaña.
Escribo o espero…?
Se genera movimiento. Los comensales de Camarillo salen y se congregan alrededor de una figura: «Es Héctor!», gritan. Cuando cruzamos la carretera, ruleteros de la Coalición de Taxistas de Veracruz se toman la foto del recuerdo, le echan porras y se reencuentra con amigos de la infancia, como Orlando García Ortiz, Jesús Mayorga o Roberto García Ramírez, quien no tuvo empacho en recordarle al candidato: «cuando eras niño tenías nalgas… Qué te pasó?»; a lo que respondió Héctor: «cabrón! Ya desde niño te gustaba verle las nalgas a los hombres!», lo que acabó en un abrazo de amigos.
Desde ese momento, me uno a la caravana de Héctor rumbo al centro de la ciudad.
Escribo o espero…?
La cabalgata llegó hasta el 109 de Guerrero donde sepa a qué fue Héctor: escala técnica? Duchazo? A saciar su hambre?
Entre los jinetes, Amadeo Flores Espinosa y Carlos Sosa, candidato por Medellín, quien valiéndole madres la ecologia, tiró una botella con agua al piso.
Héctor Yunes sale del 109 y saluda a los jinetes. Y cuando nadie lo espera, se dirige por la parte posterior del escenario lo que obliga a todos a moverse, y entrar con el candidato entre empujones, mentadas de madre y pisotones… Pero, sin esto, no sería un acto priista.
Mis dudas se despejaron… Ya no había que esperar sino escribir…
Cómo llegué a la azotea, no sé… Pero tuve un panorama envidiable… Un mar de rojo, blanco y verde a mis pies que gritan a la voz del animador el nombre o las letras de Héctor.
Héctor se ve emocionado de cerrar en Soledad de Doblado… El discurso lo interrumpe porque las porras son capaces de opacar el micrófono…
«Soy leal a mi gente y a mi tierra; soy un veracruzano bien nacido y nacido en Soledad de Doblado…», enfatiza el choleño.
«Pa la verg…», dice un paisano que llega a la azotea y ve a más de 35 mil personas congregadas a lo largo de más de ocho cuadras…
«A las mujeres», Héctor se dirige especialmente a ellas… les promete créditos a la palabra… Está motivado de estar en su tierra que ya vislumbra su triunfo este domingo.
Preparo mi retirada porque sé que la salida de Soledad de Doblado será complicada… Entre «compermisitos» y «empujoncitos» voy saliendo y escucho una promesa para los padres de familia: pantalón de mezclilla y camisa blanca, el uniforme para todas las escuelas para que nadie gaste…
Ya no alcanzo a escuchar el discurso en su totalidad y me dirijo al mercado Juárez. Mi mirada recorre de nuevo la casa que habitó Héctor, la escuela primaria a donde no acudió Héctor y los
domicilios de los tíos de Héctor… Lo único que ya no vi, fue el póster de Dunyasca… Su admirador cerró temprano el establecimiento… Habrá ido al cierre de campaña de Héctor?
smcainito@nullgmail.com