En lo general no conocemos o entendemos qué es la educación especial. Personalmente me declaro neófita en el tema, porque lo que he visto siempre ha sido la atención a personas con alguna capacidad diferente que le impide su desenvolvimiento ‘normal’ por cuestiones físicas y/de cierto rezago intelectual, pero no he visto cómo se educa y se forma a una persona con capacidades superiores a los que tenemos el común de la gente.
Por eso soy ignorante en el tema. Porque la educación pública y buena parte de las instituciones privadas poco o nada hacen para atender a este sector y al que, muchas veces, se les llama ‘alumnos con problemas’. En el peor de los casos, se diagnóstica acorde con los términos psicopedagógicos de moda. Y no se pasa de ahí.
No vemos –al menos yo- que tengamos docentes especializados en atender y llevar a niñas y niños sobresalientes de la mano con el resto de grupo. Por lo general estos alumnos se aburren durante las horas de clases y por ende, buscan distraerse con sus compañeros y son reprendidos o sancionados.
He visto y conocido a infantes con habilidades especiales para el arte, para las ciencias duras e incluso, para cuestionar su entorno social, pero por cuestiones económicas de la familia o por falta de capacidad de los servicios públicos de educación, los perdemos.
En este sentido, la diputada secretaria de la Comisión de Juventud y Deporte de l Congreso Local, Minerva Salcedo Baca; informó que solicitará ante autoridades federales de Educación que a los niños y adolescentes con alto coeficiente intelectual y habilidades especiales les brinden condiciones óptimas para su desarrollo.
“La reforma educativa tiene entre sus objetivos regularizar la asistencia de los docentes y su capacitación ante las deficiencias del modelo educativo, pero no sólo eso es prioridad, también lo es el equipamiento de las instituciones educativas ante los requerimientos de infantes y adolescentes, quienes no tienen las condiciones para desarrollarse, así como dinámicas para poner en práctica sus habilidades intelectuales, artísticas o deportivas.”
Citó que en otros países, desde que el infante está en preescolar, los maestros aplican exámenes para conocer su coeficiente intelectual y sus habilidades artísticas deportivas a fin de canalizarlos a escuelas donde les dan la atención debida para cultivar y desarrollar sus cualidades.
Expuso que, “en México deben adoptarse esas acciones porque hay niñas y niños con cualidades extraordinarias que por no tener la educación requerida, pierden ese potencial porque por ahora sólo familias con recursos pueden pagar esa atención en escuelas privadas.”
No puedo negar coincidir con lo planteado por la legisladora, y quizá sea momento de empezar proyectos transexenales en materia educativa. Que la educación pública no esté sometida a los vaivenes de los cambios de gobierno y que sea la prioridad –real- de nuestros gobernantes.
Sé que es complejo pero no imposible. No todo es cuestión de recursos. Cierto, hacen falta y es lamentable conocer que aún se sigue dando clases bajo la sombra de un árbol o en covachas habilitadas como escuelas. Pero por ahí se debe comenzar: hay que emparejar la infraestructura educativa, reforzar la que tenemos y planificar su ampliación de oferta. No sólo en educación básica ni media superior, sino proyectarlo hasta el ámbito educativo superior.
Es cuestión de querer hacerlo. Sólo eso. ¿No cree?
Por hoy es todo, les deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.