El pasado domingo 5 de junio, después de la jornada electoral y del conocimiento de las primeras encuestas de salida que se publicaron como son las de : Mendoza Blanco y El Financiero, me retiré a mi casa con el buen sabor de la victoria aparentemente irreversible de Héctor Yunes por más de 4 puntos, pero más tarde, aproximadamente a las 11 de la noche, durante el debate en TV nacional al que convocó López Dóriga, trascendió que el conteo rápido que aplicó Consulta Mitofsky en Veracruz, daba como ganador a Miguel Yunes por más de 7 puntos, lo que me llevó a pensar que las encuestas de salida habían fallado, lo que no es muy común que suceda pues regularmente en cada elección, las cifras que dan las encuestas de salida, se confirman en los conteos rápidos, el PREP y finalmente en los Cómputos Distritales.
No obstante, me preocupó que Manlio Fabio Beltrones, en el debate de marras, asumiera como ciertos los resultados que festinaba con gran soberbia e irreverencia, el muchacho imberbe que preside el CEN del PAN, Ricardo Anaya, que por cierto se vió muy mal y crecidito, tuteando y llamando cínico a Manlio en su propia cara, y que este se lo permitiera, sin tan siquiera ponerlo en su lugar diciéndole ¡¡¡Niño… respeta a tus mayores!!!, tal como se lo merecía.
Lo que vino a cambiar el panorama para Héctor fue el inicio de los Cómputos Distritales del miércoles, cuando empezaron a trascender una serie interminable de irregularidades en todo el estado, al señalar los representantes de la Coalición que postuló a Héctor, que toda la elección debía ser revisada, casilla por casilla, pues no era posible que en un número enorme de casillas aparecían más votos que el número de ciudadanos que acudieron a votar, así como la particularidad generalizada de mandar votos perfectamente válidos de la coalición al cajón de los votos nulos, superando en muchos casos a la diferencia que existía entre el primero y segundo lugar, causales que establece la Ley para que la elección se revise voto por voto, casilla por casilla
Lo anterior hizo sospechar que las encuestas de salida no fallaron porque los ciudadanos no mintieron sobre el sentido de su voto, más bien lo que había sucedido es que atenidos a la norma que dice que,. cuando no existe coalición, los votos que aparezcan tachados por 2 o más opciones, son nulos, y así lo “resolvieron” en las propias casillas. Sin embargo en esta elección si hay coalición de 5 partidos que respaldan a Héctor Yunes, la denominada Alianza “Para Mejorar Veracruz” y los electores tenían 5 opciones para votar por Héctor y tachar a 2 o más recuadros donde pareciera su nombre, debía contarse como voto válido para la coalición y en consecuencia para él.
Así lo que en principio se pensaba que era una equivocación, pronto derivó en la sospecha de un Mega fraude, donde habría estado inmiscuido el OPLE pues no podía ser casualidad que el error fuera tan generalizado en contra de Héctor Yunes, luego se le echó la culpa a la mala capacitación de los integrantes de las Mesas Directivas de Casilla, y continuaron los Cómputos Distritales, los que fueron dando resultados muy diferentes, en algunos casos, a los que arrojó el PREP, al revertir el resultado, saliendo como ganadores, candidatos a Diputados que “habían perdido”, y sumando más votos a la coalición “para Mejorar Veracruz”
El resultado final de este drama de la vida real, todavía no lo conozco, pues escribo estas reflexiones el jueves 9 de junio, cuando están realizándose aún la mayoría de los Cómputos Distritales, y lo hago con la esperanza de que en la próxima entrega de “Voz en Libertad” podamos dar cuenta del retorno a la normalidad democrática que nunca debió ser violentada y que a Héctor Yunes se le entregó la Constancia de Mayoría como Gobernador Electo.