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Con información de Imujer

Para mí, con apenas 15 años, ya es común escuchar bocinazos y comentarios denigrantes. Hay veces que ir en la calle es bastante odioso, a veces solo salgo con un simple jean y como estamos en invierno, una gran campera que me llega a la mitad del muslo. Y tampoco es que tenga muchas curvas como para escuchar cierto tipos de comentarios…

El año pasado debíamos realizar un trabajo sobre violencia para cívica y elegí acoso callejero. Lo más sorprendente para mí fue que muchos de mis compañeros no lo consideraban violencia, y cuando les expliqué mi punto de vista comprendieron un poco más. Y no solo les pasa a las mujeres; últimamente, si se encuentra un grupo de chicas y pasa un muchacho, también le gritan, o le chiflan o también se zarpan con los comentarios.

Sinceramente me gustaría poder salir a la calle con mi ropa favorita, de todas formas vestida adecuadamente, y caminar por el centro de Montevideo, mi ciudad, sin que los conductores toquen bocina, o sin que te tiren besos desde el interior del vehículo. Y no son «piropos», porque van con una gran mala intención, tratándonos como objetos, aunque no se nos vea la cara…

Es una falta de respeto hacia nosotras. Podríamos ser sus hijas, hermanas, sobrinas, nietas. Y si fuera su madre la que pasa, ¿le dirían esas cosas? Y eso que si comparamos con otros países de Latinoamérica, Uruguay tiene poco machismo y no, no soy feminista, pero creo en la igualdad de género. Y con mi tan corta edad, yo sé que esto recién empieza y no quiero que esto sea normal para mí ni para ninguna otra mujer, porque no lo es.

Simplemente quería compartir mi experiencia y punto de vista. ¡Gracias, iMujer!