Querido Gus: Cuando supe lo de tu hijita, mi corazón se estremeció, pero confié en Dios y en una oración que el día de ayer casualmente encontré para pedir por los hijos a La Virgen del Socorro, sé que tu hijita regresó con ustedes, las oraciones de todos los que te queremos y sabemos de tu ética profesional, lamentamos el hecho, pero confiabámos en que todo saldría bien. Extensivo a tu familia, están en el corazón de todos los hombres de buena voluntad. Con afecto: Nina Salguero.

Buen día apreciado lector:

Desde el viernes 30 por la tarde, cuando pensaba sobre qué escribir para este lunes, a propósito de mi cumpleaños y de tantos amigos que me felicitaban, encontré en la red un pensamiento de una venezolana sensible que escribió sobre el paso de los años:

“Cuando los años cierren mi memoria, ¡aún así, siempre habrá algo que me llevará hasta ti; y en ese instante ¡mis labios pronunciarán tu nombre!”.

Pensaba insistir sobre esa emocionante sensación que nos abriga al cumplir años, describirla. Pero entonces definí que más emoción proporciona tener amigos de a deveras, que te recuerden en fecha tan especial, por eso cada vez que llega ese día, para este reportero resulta muy especial, pero tan especial que uno se pasa la jornada tratando de agradecer a través de la red de redes, o llamadas personales que emocionan aún más, a mi familia dispersa por el mundo, a los numerosos amigos que suelen recordarme con generosidad y me desean toda clase de parabienes. Si, en verdad es algo super.

Por la noche sali con mi esposa a celebrar.

Como a las doce y media empezó la pesadilla. Alguien nos avisó de inmediato:

“¿Llamo al celular de…, es usted la mamá de…?, aquí tengo…”.

De volada atravesamos la ciudad para llegar con el providencial mensajero.

De entrada vi en el lugar una prenda de mi hija y a pesar del estremecimiento que impactó mi cuerpo me contuve. Platicamos los detalles de cómo se los habían llevado. Eso fue clave.

Con mi otra hija nos pasamos toda la noche y la madrugada enviando mensajes y su foto por las redes, hablando por teléfono y recibiendo la solidaridad del gremio y los amigos. Sobre todo, rezando.

Fueron largas horas de angustia pero también de esperanza, porque María del Angel y Nery son dos jóvenes trabajadores, buenas personas, nobles, que no le hacen mal a nadie y que solo habían salido con algunos amigos a celebrar el cumpleaños de mi hija que fue el 27.

Quienes los raptaron deben tener algo de buenos sentimientos, los llevaron a un lugar quién sabe dónde, los trataron bien, los interrogaron sin amenazas y luego de tres o cuatro horas los llevaron a un lugar y los soltaron.

A las cuatro y media supimos la buena noticia, fuimos por ellos y empezamos el nuevo ritual de la acción de gracias.

Dice la Primera Lectura en la misa dominical (gracias Padre Suazo por su apoyo) “yo haré correr la paz sobre Jerusalem como un río. Y la gloria de las naciones como un torrente desbordado”.

Ya en el Evangelio, se relata que Jesús dijo a los apóstoles; “cuando entren en una casa digan: “que la paz reine en esta casa” y si ahí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá”. Así lo creo.

Todos los mexicanos, los veracruzanos, los acayuqueños, todos somos amantes de la paz, en Xalapa, en Acayucan, en todo Veracruz queremos vivir en paz.

Que en su casa y en todos los hogares de Veracruz haya paz y armonía. Gracias de todo corazón a quienes trajeron la paz al hogar de este reportero.

gustavocadenamathey@nullhotmail.com