* Un hombre se vuelve viejo cuando los lamentos ocupan el lugar de los sueños. Oscar Cellini
Sin duda que hablar de un tema tan coloquial, pero a la vez trascedental es un gran desafío. Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros, y estar dispuesto a ser único entre tantos entes y una extensa variedad de ideas y pensamientos. Apenas a unos días de haber experimentado una crisis existencial, cuyo origen fue el apresurar la mejora de un padecimiento que se me había agudizado en la garganta, lesioné con una excesiva dosis de antibióticos uno de los principales órganos del aparato digestivo, el estómago. Lo que repercutió en el cerebro, el órgano más complejo y desconocido del cuerpo humano encargado y responsable de hacer que todo el resto del cuerpo funcione de la forma correcta y perfecta. Comprobé lo que se argumenta, que el cerebro no siente dolor. Irónicamente es el encargado de hacernos sentir el dolor del resto del cuerpo, pero no puede generarlo. La problemática sufrida fue tan grave que me sentí afectado en mis pensamientos, aspiraciones e ideas, que confundidas y presa del caos, me llevaron a un estado de penumbra, angustia y ansiedad que no le deseo a nadie. La vida, como el máximo galardón dado, se nos presenta como un todo unitario, sin que haya distinción entre la vida física, intelectual o espiritual, pero que difícil es armonizarla cuando uno de estos aspectos es afectado por factores externos. La vida en el hombre se da como un todo y más bien se la describe gráficamente en vez de conceptualizarla con rigor teórico, pero que difícil cuando uno de sus aspectos se detiene y no armoniza con los otros, es cuando se debe tener coraje y decisión para encontrar los causes que no te hagan atentar contra de ella. El coraje es un elemento necesario en la vida del hombre. En principio para mantenerla, después para mejorarla y finalmente para hacerla trascender; no tratando de escalar algún cargo o posición, sino de ser mejor ser humano. Es cierto que en la escala animal podemos ser el primero en ella, pero también el último, todo depende de muchos factores, pero principalmente de la educación y de la instrucción recibida en el seno materno y la escuela. Lamentablemente hoy en día el coraje se utiliza para cosas no muy dignas o que edifiquen la vida de las personas, porque lo que vale la pena o lo que es bueno para los demás, pierde interés para las mayorías y se prefiere hacer con energía y pasión otras que no dejan sino sinsabores. Ejemplos de lo anterior lo vemos lo palpamos cuando se realizan eventos, competencias y pasarelas hoy en día para mostrar fuerza humana pero para ganarse un premio, no para observar personas que con ahínco, esfuerzo y dedicación lograron objetivos imposibles para ellos, esto último debe admirarse y si va en bienestar de los demás es mejor aún. Se festeja a los triunfadores de una confrontación y se eleva a planos superlativos a individuos que por medio de un coraje mal entendido, se vulnere la integridad y vida de muchos. Así vemos como surgen todavía gobernantes, líderes y directivos, que apoyados por la fuerza lesionan a las mayorías, haciendo creer que eso es en base al coraje con que se enfrenta la vida. Cuestión que es errónea, ya que cualquier manifestación de coraje que atente contra los intereses o derechos de otros es un abuso. Hoy en adelante hagamos las cosas pensando en el bienestar personal, pero sin lesionar a otros, dando todo de sí para lograrlo con mucho coraje. Sin duda que así como uno debe vivir su vida en base a una ética social y positiva, debe uno evitar hacer lo que otros pretendan que uno sea, pese a las muy buenas intenciones que alguien tenga, porque así como uno debe vivir, así mismo deberá morir, y nadie morirá por uno. No se puede tener los ojos de uno, los oídos de otro o cualquier otro órgano extraño para saber de antemano lo que va a ocurrir; cada existencia es diferente una de la otra. Ese es el coraje que debe existir, en donde se debe valorar lo que se tiene, con lo que se rodea, lo que uno piensa, realiza o externa. Vivir así da muchas satisfacciones, pues es la decisión personal, sin influencia alguna por ser, tener y deber ser uno y su entorno, buscando con ello la utópica felicidad, que no es una meta sino un camino. No nos debe importar lo que nos espera, debemos estar con el corazón abierto para dar y recibir, siempre con el coraje de existir y trascender en dichos actos. No tener miedo de poner el brazo en el hombro de alguien, sino propiciar los acercamientos con el afecto más sublime que nos pueda caracterizar. Seguro que ser así y actuar en consecuencia estamos heredando una carga genética positiva a quienes dejaremos como nuestra progenie. Debemos tener presente que la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades. Sin embargo, solo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida. Aquí hago referencia a Leonardo da Vinci que sentenciaba, “que el agua de un río que tocas es la última que ha pasado y la primera que viene. Eso mismo sucede con el tiempo presente. La vida bien aprovechada es larga”. Aprovechar la existencia en lo que uno pretende sin hacer caso a los demás, pero sin afectar la esencia colectiva es un reto para espíritus superiores; por ello no temamos hacer algo que nadie hizo antes. Pues para vivir, es necesario coraje y respeto por lo que se ama, no hacerlo así, es la negación de todo cuanto se es ¡Estamos! alodi_13@nullhotmail.com