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Crónica del Poder

La reconocida cocinera veracruzana Raquel Torres Cerdán representará a Xalapa en el Festival de la Gastronomía Mexicana, del 15 al 19 de agosto próximo, en Managua, Nicaragua, lo cual significa para ella “un honor y una gran responsabilidad”.

En ese encuentro, cuyo objetivo es promover la identidad cultural del país en el extranjero, expondrá el arte culinario de Veracruz: elaborará una cena y una comida, impartirá clases en la Escuela Nacional de Gastronomía y Hotelería y diseñará el menú de la Semana de la Cocina Veracruzana. “Llevaré pastas de mole hechas por nosotras, pipianes y adobos”.

Explicó que, fruto de la visita que el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, realizó a Managua en enero de este año, “tendremos algunos vínculos con dicha ciudad, uno de ellos será participar en una Semana Cultural de Veracruz en Managua”.

Raquel Torres ha llevado la comida mexicana por el mundo, lo ha hecho en Venezuela, Colombia, Cuba, España y Malasia y ciudades como Dallas, Houston, Nueva York y San Francisco, “pero ésta es la primera vez que un alcalde me lo pide; así que es un doble honor y una doble responsabilidad”.

Desde su experiencia, ha descubierto que “nuestra cocina tiene olores, sabores e ingredientes originales. La sazón tiene que ver con el contexto de nuestra diversidad y biodiversidad”. No se trata –aclaró- de diseñar un menú y luego depender de los ingredientes que encuentres allá, “porque los sabores y la mano cambian de un lugar a otro”.

Pero ¿qué hace única la cocina xalapeña? “Sentimientos”, respondió Raquel Torres. Porque al probar un platillo tradicional, uno evoca historias, la propia historia, lo que uno sintió, “lo que te hizo tu mamá, tu abuela, tus tías, lo que les enseñaron sus antepasados. El sentimiento es la verdadera sazón, que viene con la historia personal de quien cocina”.

Además, los ingredientes orgánicos -no los que encuentras refrigerados en el súper, sino los que venden en el tianguis la marchanta en la banqueta-, que tienen sabor de tierra, lo que la naturaleza les dio en el momento, “ésos son nuestros sabores, eso es lo que voy a llevar, y tengo que hacerlo tan bien como si fuera a cocinar para alguien de mi casa. No es trasladar los ingredientes y la persona, es llevar todo lo que va tras de ti cuando cocinas”.