*Homenaje póstumo a un ángel que tuvimos en casa y partió a su morada celestial.
Sin duda que todas las cosas que suceden en nuestra existencia son cuestiones que deberían de pasar, así sean las más extremas, alegres, dichosas, tristes y dolorosas. ¡Cosas de la vida expresamos al unísono! Este martes dos del presente mes de agosto será uno de esos días extraños, donde las emociones estuvieron a “flor de piel”, los integrantes de la familia Figueroa García seguramente la recordaremos por siempre. A iniciativa del matrimonio de Soraida Irisson Name y Enrique de Jesús González Cruz se inauguró una sala de lectura, que desde este día llevará el nombre de Etna Berenice Figueroa García (+) que a la edad de 23 años –después de una heroica lucha de ocho años contra su destino- partió al viaje que todos los mortales haremos; un 23 de mayo de hace ocho años. Sin duda que Soraida y Enrique, padrinos de confirmación y primera comunión de Bere (como todos le decíamos) buscaron el momento adecuado para patentizar su afecto hacía la tercer hija del matrimonio referido. El acto protocolario donde se vistió con una mesa de honor, donde estuvieron entre otros los padres de Etna Berenice Sra. Olga G. García Segura y Marco A. Figueroa Quinto, los padrinos aludidos, así como el Lic. Víctor Manuel Sosa Landa, Director de Fomento Educativo del Mpio. de Emiliano Zapata y representante personal del Presidente Municipal de tal ayuntamiento, la Lic. Nora Marlen Pérez Guerrero, presidente del Club de Leones “Leona Vicario”, la Lic. Nora Guerrero Córdoba, presidente del Concurso Fachada y Balcones Floridos A.C., la C. P. Rosa María Villegas Martínez presidente del Consejo de Sabios de Veracruz A.C. (CONSAVER) los hermanos de Etna: Marco Antonio, Salvador Augusto, Octavio César y Olga Libertad, y sus respectivas parejas, Alejandra Romero, Nancy Ronzón, Laura Sánchez y Darcy Camacho acompañados de los nietos Nancy Michelle, Etna Airam, Kenia Alizette, Kimbra Aymé y Octavio. Hoy comparto no sólo en forma general las vicisitudes que se suscitaron en el festejo y ceremonial, sino la reflexión de que cada persona que forma parte de nuestra vida hay establecido un acuerdo, acuerdo que está signado en términos de almas. Esto significa que mucho tiempo atrás, en el reino de las almas, prometimos tener un encuentro especial, compartir la vida, modelar la experiencia, completar otra alma, al unirnos con ella en esta vida terrenal. Los acuerdos entre las almas, son compromisos para el crecimiento en conjunción con otra. De esta manera, emprendemos el viaje hacia un estado de conciencia y apertura total que los místicos denominan «iluminación». El programa del evento se desarrolló según lo planeado; Palabras de Bienvenida a autoridades e invitados por la Quim. Soraida Irisson Name fundadora de la Fundación Rensor. Intervención del Mtro. Marco Antonio Figueroa Quinto, Coordinador de “Escritores Veracruzanos A.C.” en la región Xalapa; dando a conocer los beneficios de una sala de lectura de este tipo. Reseña de la vida de Etna Berenice Figueroa García (+) por la Lic. Olga Libertad Figueroa García. Muestra de trabajos y Clausura del curso de verano por la Mtra. Lorena Bonilla presidente del proyecto piloto «Centro cultural Emiliano Zapata», Así como la entrega de medallas a los niños por Olga G. García Segura. Espacio musical con la actuación del cantautor Darci Camacho Hernández. Inauguración y corte de listón y develación de la Placa Conmemorativa por las autoridades presentes acompañadas por invitados especiales. Los números vecinos que nos acompañaron a este evento sin duda percibieron que en éstos compromisos son motivos por el cual, en ocasiones, sentimos una extraña conexión con otra persona; otras veces no entendemos que alguien forme parte de nuestra vida, o nos preguntamos simplemente por qué recorremos la vida junto a alguien, como si existiera un acuerdo tácito que a su vez puede terminarse abruptamente, en este caso sucedió con mi niña –después de una esplendorosa fiesta de quince años, la que todavía no logran borrar otras celebraciones similares-, situación que inició con una pequeña molestia, que después se convirtió en una terrible y persistente enfermedad que la llevó ante el hacedor de todo cuanto nos rodea. Como parte de esta comunidad de almas reunidas en la vida sobre la Tierra, hemos acordado no sólo recordar a los demás sobre el estado puro original, sino también realizar todo lo posible dentro de la existencia humana, infinitamente cambiante, con el fin de asegurar el crecimiento de nuestra propia alma y las de los demás. Algunas personas vienen al mundo para ser bellas y fuertes. Otras para ser complicadas o raras; algunos para morir jóvenes y enseñarnos a través de la desolación de tan terrible pérdida. Otros, para vivir muchos años e instruirnos mediante su sabiduría. Sin embargo, no importa cuál sea nuestro rol: todos formamos parte de este gran destino espiritual que principalmente consiste en recordar nuestra esencia eterna y dirigir nuestros actos hacia la unión final. Es así que, a cada persona que conocemos, en situaciones buenas o terribles, breves o duraderas y cada relación de la que formamos parte, representan una pequeña escena en el eterno conjunto humano, cuyo fin es el desarrollo del alma. Al advertir esto, uno podrá asombrarse y comprender que cada persona presente en nuestra vida tiene un importante propósito: el de entrar en contacto con nuestra alma y hacerla crecer; que cada relación existe para agudizar la conciencia de nuestra alma. Así, ya nadie nos resulta extraño, ninguna relación puede verse como un error o un fracaso. A la luz del espíritu, comprendemos que estamos cumpliendo nuestro rol, en miras a la realización de un plan perfecto y eterno. ¡Etna Berenice vives y vivirás por siempre entre nosotros! ¡Estamos! alodi_13@nullhotmail.com