Estamos próximos al inicio de un nuevo ciclo escolar en educación básica y media superior; en  la Universidad Veracruzana ya laboran desde la semana pasada. Pero sabemos que el grueso de nuestra población estudiantil se encuentra en los niveles que anteceden a la educación superior.

Vienen los llamados de las autoridades educativas para evitar o inhibir el cobro de ‘cuotas voluntarias’, la exigencia del uniforme y un sinnúmero de reglas que nos recuerda que la escolástica medieval aún sigue vigente en muchos docentes amparados bajo supuestos reglamentos internos que, por sí mismos, violan el derecho de nuestra infancia y juventud a la educación que el Estado proporciona.

La diputada secretaria de la Comisión Permanente de Educación y Cultura, Minerva Salcedo Baca; recordó que el pasado 14 de julio del presente año, ante el Pleno presentó un anteproyecto de punto de acuerdo por el que se solicitaba se hiciera un exhorto a la SEV para que este periodo de inscripciones 2016-2017, vigilara y, en su caso, sancionara a los centros de educación básica que exigieran el pago de una contraprestación por concepto de inscripción.

Por lo anterior, presentó en días pasados ante el Pleno del Congreso Local una iniciativa de reforma al artículo 11 de la Ley de Educación del Estado de Veracruz a fin de que en los centros escolares no condicionen las donaciones o cuotas voluntarias para el ingreso de alumnos y alumnas de educación básica.

Y nos comenta el por qué de esta propuesta: “dicen que estas cuotas se ocuparán para la compra de material de limpieza, material educativo y para el mantenimiento de las mismas, pero hay muchas quejas y denuncias de los padres de familia de que en realidad estos recursos no se aplican para los fines que fueron solicitados”.

No se puede negar las condiciones en que se encuentran muchos de los edificios escolares, pero tampoco se puede olvidar las condiciones económicas de muchas familias y lo que implica los gastos para que las y los niños accedan al servicio educativo.

De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) “Para Veracruz, podemos observar que del primer trimestre de 2015 al primer trimestre de 2016 hubo un aumento de 3.9 por ciento, es decir, los ingresos laborales de las personas son menores al valor de la canasta alimentaria”.

De acuerdo a datos recabados por el Coneval hace dos años, el 12.2 por ciento (975 mil 500) personas en nuestra entidad no son pobres. Mientras que en la pobreza y pobreza extrema se encuentra el 58 por ciento (cuatro millones 643 mil 200 personas).

Para entender estos datos, Coneval define así la pobreza: “Una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social (en los seis indicadores de rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.”

Mientras que la pobreza extrema es cuando, “una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando tiene tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aún si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.”

Este regreso a clases, bien vale la pena recordar estos datos cuando se pida o exija las ‘cuotas voluntarias’ a padres y madres.

Por hoy es todo, les deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.