México ocupa el tercer lugar dentro de los países de América Latina y el Caribe en el Índice Mundial de Innovación (GII), que calcula la capacidad de un país para promover el desarrollo económico mediante instituciones y estrategias creativas.
Difundido este lunes por un grupo de entidades, entre las que destaca la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y la Universidad de Cornell, México ocupó la posición 61 entre 128 países del mundo, tras haber estado en el sitio 57 en 2015.
En América Latina y el Caribe, Chile ocupó la primera posición, seguido por Costa Rica, mientras que a nivel mundial la lista fue encabezada por Suiza, seguida por Suecia, Reino Unido, Estados Unidos, Finlandia y Singapur.
En su noveno año consecutivo, el índice destacó que la región latinoamericana tiene un potencial innovador que no ha sido explotado y que ningún país del área ocupa en el índice de innovación un lugar superior al que le otorga su Producto Interno Bruto (PIB).
Asimismo, el informe sugiere que pese a que varias economías latinoamericanas atraviesan periodos de turbulencia, es importante superar las limitaciones políticas de corto plazo y redoblar las inversiones en la innovación de largo plazo.
El índice calcula la innovación en un país con el promedio de dos subíndices.
El primero considera cinco elementos de la economía nacional que representan actividades innovadoras: instituciones, capital humano e investigación, infraestructura, sofisticación de mercado y sofisticación de negocios.
El otro subíndice considera evidencia concreta de innovación, comprendida en dos pilares: resultados de conocimiento y de tecnología; y resultados creativos.
El informe precisó que la innovación necesita de una inversión constante, por lo que lamentó las tendencias actuales en el mundo, que apuntan a una baja en el gasto del rubro de investigación y desarrollo.
Antes de la crisis de 2009, el gasto anual de investigación y desarrollo crecía a tasas aproximadas de siete por ciento, en tanto que cifras recientes apuntan a que en 2014 sólo aumentó cuatro por ciento.
Francis Gurry, director general de la OMPI, aseveró que en el actual clima económico debería ser prioritario descubrir nuevas fuentes de crecimiento e impulsar las oportunidades generadas por los innovadores globales.
“Invertir en la innovación es crítico para aumentar el crecimiento económico de largo plazo”, afirmó Gurry.