Rembrandt, el genio que logró hacer de sus pinturas un sello característico de la época, también es aquel que hizo de su arte un complejo código que muy pocos comprenden a la perfección. Muchos pintores vivieron para admirar su obra, Vincent van Gogh fue uno de ellos. Sus pinceladas y, por supuesto, la intensidad de las miradas de sus personajes, lo convirtieron en uno de los pintores más célebres de todos los tiempos.
Cada uno de los elementos que componían sus rostros parecían combinarse para darle al cuadro una riqueza como pocas. En realidad, la vida de Rembrandt estuvo llena de secretos que hoy salen a la luz. Uno de ellos, por ejemplo, es su visión enferma menos que imperfecta: ojos bizcos que le ayudaban a percibir el mundo como si se tratara de una imagen plana, lo que le ayudó a crear algunos de los cuadros más hermosos de todos los tiempos.
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Muy pocos saben que uno de sus cuadros más famosos conocido como “La guardia de noche” en realidad, ha adquirido ese nombre en el transcurso de los años con el oscurecimiento de los pigmentos. La pintura representaba una escena diurna, pero como ya dijimos, debido al paso de los años, las personas comenzaron a conocerlo como una escena nocturna que mostraba con maestría los contrastes de luz.
El pintor no dejó ningún tipo de documentación de sus pinturas, por lo que la interpretación muchas veces gira entorno a diferentes especulaciones. Como parte de una investigación de la Universidad Arion en Boston, Zhenya Gorshman realizó su artículo “Rembrandt: Turn of the Key” para desentrañar los misterios de masonería y sectas religiosas que el pintor parecía profesar, en este texto se mostrarán los diferentes indicios que parecen indicar que cada trazo del pintor no era, para nada, al azar.
Su mano escondida
En 1636 pintó este autorretrato en el que oculta su mano izquierda en el interior de su ropa. Diferentes diagramas masónicos muestran el mismo síntoma en diferentes retratos, tales como el de George Washington en 1776. Washington es uno de los personajes más famosos que se han revelado, pertenecían al movimiento masón. Los dedos ocultos representan una disposición interna para la fe.
La luz y la oscuridad
Uno de los rasgos más característicos del pintor fueron los contrastes entre luz y oscuridad que marcaron no sólo su obra sino una época. Es verdad que la luz se convirtió en uno de los elementos más relevantes para las pinturas y el arte de esa época pero también es un elemento fundamental de la masonería. La luz es un símbolo masón que representa la verdad divina que ilumina el camino de la vida en constante peregrinaje. Sin la oscuridad, nadie puede ser iluminado. Una cosa debe preceder a la otra, tal como la noche que precede a la mañana. Goethe era un conocido miembro de los masones, y Rembrandt era su pintor favorito. De hecho, Goethe adquirió un grabado de Rembrandt conocido como “El alquimista” para ilustrar la primera edición de Fausto en 1790 y una de sus líneas más famosas: “Existe una fuerte sombra donde hay mucha luz” muestra el espíritu masón en todo su esplendor. Tal vez perfeccionaba su técnica pictórica pero lo que se cree es que en realidad, expiraba el simbolismo de la luz y la oscuridad de esta tradición esotérica.
Su nombre
Su nombre de pila es en realidad Rembrant, sin la d. Después de 1633 insistió en añadir la letra a su nombre aunque en muchos documentos aún carecía de ésta. En menos de 10 años cambió totalmente su firma y esto puede deberse a que, en realidad, esa firma se convirtió en un reflejo claro de su identidad. Como si se tratasen de dos palabras diferentes, Rembrandt firmaba su nombre con un Rem, precedido de un Brandt. Un diccionario flamenco antiguo muestra el significado de ambas palabras: brandt significa luz mientras que rem quiere decir obstrucción. Probablemente el pintor cambió su nombre para que, igual que en la simbología masona, su nombre también lo compusieran los dos opuestos.
Los tres puntos secretos
Después de su nombre, en muchas ocasiones el pintor agregaba una letra “f”. Muchos lo atribuyen a la locución latina fecit que significa “hecho por”. Otros creen que, hombre de múltiples significados, Rembrandt también intentaba hacer énfasis en la fraternidad, tal vez no de hermanos sino de una sociedad fraternal, tan parecida a la de las universidades norteamericanas.
Además, después de la “f” agregaba tres puntos. Albert C. Mackey realizó una enciclopedia de Masonería en la que asegura que las abreviaturas masonas se distinguen por el uso de tres puntos colocados en forma triangular después de las letras. Es algo así como comunicación en código hacia otro hermano masón. La efe se refiere, efectivamente, a hermano. Como dato curioso, en Francia, de hecho, a los masones se les llama Les Frères Trois Points o los hermanos de los tres puntos.
El lugar donde colocaba su firma
Rembrandt era bastante creativo para colocar su firma. Normalmente añadía su nombre en superficies de piedra, como en su cuadro “Samson threatened his father-in-law”. Los rituales y leyendas nos muestran a la piedra como un símbolo predominante; desde el aprendiz que se encarga de pulir la piedra con un martillo y un cincel hasta la culminación de los rituales, las piedras aparecen en los diferentes grados masones. Después de la ceremonia de iniciación, se le dice al nuevo hermano masón que representa la piedra angular sobre la que debe construirse el tempo espiritual de la masonería.
Además, los masones del real arco crean una firma o marca que tallan en piedra y que sirve como identificador personal. En numerosas ocasiones , Rembrandt pone la firma en sus cuadros como si estuviera escrita en piedra .
Decenas de autorretratos
Todos esos cuadros que se convirtieron en una gran contribución a la pintura, también son un fuerte símbolo de los rituales masones y su principio de “examinación interior”. Los masones buscan cultivar la individualidad antes de ajustarla a estructuras preexistentes. La tarea de cada uno de sus miembros es pulir y cultivar su espíritu para entender sus defectos y alcanzar la perfección. Se cree que grandes mentes independientes como Franklin, Mozart, Wilde o Voltaire pertenecieron a los grupos masones. Pocos pintores lograron desarrollar esa introspección penetrante como Rembrandt. Entre 1627 y 1631 se retrató unas 20 veces y en 40 años, con diferentes técnicas, realizó unos 75 autorretratos
El símbolo Rosacruz
En el grabado “El alquimista”, la misma que adquirió Goethe, Rembrandt representa una revelación radiante rodeada de tres círculos en medio del aire. La revelación incluye una inscripción secreta que después de usar un espejo se ha descifrado como un anagrama latino que deletrea el nombre de dios. En medio de la rueda se encuentra una cruz que se divide en cuatro secciones y las clásicas letras latinas INRI. Según el profesor de literatura y humanidades David Lyle Jeffrey, la visión e inscripción que realiza Rembrandt tiene gran significado entre los masones. Además del significado que todos conocemos del INRI, para los masones significa Igne Natura Renovatur Integra (el fuego sagrado masón que es capaz de regenerar la humanidad). Además, la Cruz Rosacruz y el símbolo de Rembrandt tienen los mismos elementos: los tres círculos concéntricos, la cruz en medio y, por supuesto, el INRI.
No se tratan de símbolos que connoten conspiraciones absurdas sino algunos indicios de las prácticas religiosas y filosóficas del pintor. Existen muchas obras con significados ocultos y otras que sólo las personas inteligentes entienden de verdad.