Este clavadista estadounidense, fue la estrella del equipo de clavados de los EUA en cuando menos dos olimpiadas consecutivas, pero bien lo pudo haber sido en cuatro. Como muchos norteamericanos, su origen era diverso, Louganis tiene sangre samoana y sueca, pero sus apellidos se los debe a sus padres adoptivos de origen lituano-griego. Este hombre comenzó su participación en Juegos Olímpicos en Montreal 1976, en donde obtuvo la medalla de plata en la prueba de plataforma de 10 metros, el oro lo ganó en aquella ocasión el impresionante clavadista italiano Klaus Dibiasi, que era un fenómeno en ambas pruebas (plataforma y trampolín). Louganis se perdió la Olimpiada de Moscú 1980, por el boicot que los Estados Unidos bajo la presidencia de James Carter impuso a la todavía URSS, pero regresó en Los Ángeles 1984 para convertirse en el rey de los clavados, ganando el oro en ambas pruebas acuáticas y, posteriormente, cuatro años más tarde, refrendar su dominio absoluto en Seúl 1988, en donde repitió la hazaña conseguida cuatro años antes. Louganis, además de su maestría para ejecutar los clavados, el mundo lo recuerda por asumir públicamente su homosexualidad, aparte de revelar ser seropositivo, revelación que causó mucho revuelo porque en las eliminatorias de trampolín de 3 metros, sufrió un accidente al golpear su cabeza con la tabla de saltar y provocarle una intensa hemorragia que se diseminó en el agua de la fosa de clavados, siendo para ese entonces portador de VIH. Ha sido tan controversial su vida privada y como clavadista, que hasta una película y numerosas publicaciones se han hecho para narrar algunos de los pasajes más escandalosos de su vida –Louganis fue abusado sexualmente-. Actualmente Louganis está casado y se mantiene totalmente al margen de cualquier actividad deportiva. Louganis es considerado el mejor clavadista de la historia olímpica. Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo este portal.