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Agencia Imagen del Golfo

Entre el humo, la pestilencia putrefacta y un enjambre de moscas, viven las familias de cinco colonias que colindan con el antiguo basurero municipal, ubicado en la localidad de San Antonio Ojital.

El alcalde, Marcos Romero Sánchez se comprometió en mandar a sofocar la humazón y rellenar con tierra toda la basura. Pidió de plazo una semana, pero dos meses después, los desperdicios están a \»cielo\» abierto, hay escurrimientos de lixiviados y las moscas sobrevuelan el lugar.

Desde el sábado 18 de junio una columna de humo brota del tiradero de basura, y se esparce en las colonias como Adolfo López Mateos, Miguel Hidalgo, Valentín Gómez Farías, Jardines, Ampliación Adolfo López Mateos y Cardenales.

Diez días después del incendio, el presidente municipal, Marcos Romero fue obligado a clausurar el basurero porque los vecinos estaban enojados por la humazón, los olores fétidos y el mosquerío.

Ese mismo día, Romero Sánchez les prometió mandar maquinarias para rellenar los desperdicios y sofocar las flamas que consumían la desperdicios. Dijo que en una semana resolverían el problema que se generó por el tiradero de hasta 200 toneladas de basura diarias.

De acuerdo con los comentarios de algunos lugareños, las maquinarias trabajaron por unos días, pero dejaron inconcluso los trabajos de relleno y compactación de la tierra, por lo que el humo sigue brotando del basurero municipal.