Al margen de lo que para mucha gente -¿millones?- significa el consorcio televisivo de Chapultepec 18, no se puede dejar de comentar los cambios que entraron en operación esta semana en el feudo de Emilio Azcárraga Jean.
Y bueno, son de llamar la atención todos, pero no me voy a ocupar de los colaterales de Karla Iberia Sánchez, que es una muy buena reportera, o de Paola Rojas, la esposa de Zaguinho (Luis Roberto Alves), que es probablemente la mejor profesional en el mundo del periodismo mexicano, porque además de tener una muy buena presencia física, elegante y de tener mucha clase y categoría, la mujer está muy preparada, es políglota, domina, además del español, como seis idiomas más y de manera muy consistente.
Pero también los cambios involucraron a Brozo, que ya había dejado de salir su matutino ‘Mañanero’ como un antecedente de los cambios que luego se dejarían venir en cascada, o el de Carlos Loret de Mola, que no me acaba de cuadrar su estilo y a quien le recortaron su noticiero de la mañana o, en fin, la jubilación necesaria de Lolita Ayala, o la incorporación al sistema de noticieros de Julio Patán, que no me queda claro que sea su perfil natural y la ampliación de las apariciones en pantalla de Adela Micha y su estilo más que chabacano.
Lo que verdaderamente interesa en todos estos cambios es el relevo de Joaquín López Dóriga del noticiario estelar nocturno del canal 2. En las redes no se cansan de mancillarlo, y no lo bajan de vendido, corrupto y farsante, entre otras linduras que le han proferido al periodista, al que, por extensión lo acusan de ser causante de los niveles de incultura y estulticia del pueblo. A mí no deja de darme un cierto dejo de ternura aquello de que todavía está presente en el imaginario colectivo la célebre expresión acuñada por Carlos Monsiváis, de que la verdadera secretaría de educación y cultura del país es Televisa.
Carlos, que ya se nos adelantó en el camino eterno, decía eso y más para repudiar al consorcio y culparlo del ‘embrutecimiento’ de los mexicanos, pero, muy curiosamente, el autor del libro de crónicas ‘Amor perdido’, era una imagen más que acostumbrada de la pantalla televisiva, concretamente en los canales de Televisa, y en uno que otro célebre vídeo musical, como por ejemplo en uno de Luis Miguel (‘Por debajo de la mesa’), no se cansaba de vituperar al consorcio, pero siempre ahí estaba para lo que se ofreciera, no le hacía el fuchi.
Total, que lo que verdaderamente nos interesa es la salida después de 16 años de López Dóriga del noticiario nocturno de canal 2, y la llegada en un nuevo formato de tan sólo media hora, de la muy brillante Denise Maerker, que es una mujer de gran preparación, en exceso seria, honesta, con mucha vergüenza, y que además es una presencia física fresca y bella que se agradece. De López Dóriga se pueden decir muchas cosas que sin duda tienen una alta probabilidad de ser ciertas, pero mal hacían quienes lo sintonizaban por la noche esperando que el olmo diera peras, lógico, hay intereses en juego y Joaquín y sus patrones por supuesto que los tienen, ¿Pues qué querían?, así es este negocio del abarrote y no los estoy exculpando de nada, ¡Es televisión comercial!
A mí nunca me ha embrutecido Televisa ni me ha envenenado el alma. Soy un libre pensador al que le gusta cultivar y practicar el pensamiento crítico. Me gusta ver la tele, veo de todo y no me privo de nada, ni siquiera de ver algunos programas del consorcio, me gusta Zuckermann y los sábados suelo seguir la barra de programas ligeros de Unicable, me divierten mucho. Creo que de la televisión hay que entresacar lo bueno que tiene, sea esta de donde sea, así es que no hay que abstenerse, todo hay que verlo guardando una distancia prudente y consecuente.
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@marcogonzalezga