EL PRI, necesariamente, tendrá que buscar la formula adecuada para ganar confianza. El dos mil diecisiete esta a la vuelta de la esquina y las elecciones de este año serán, sin duda, la antesala de lo que pueda ocurrir en el dos mil dieciocho, quizá lo más interesante de la vida política del país, porque podrían ser, también, el año en que vuelvan a cambiar las cosas en el ámbito político electoral.

Por ahora, todos temen que Andrés Manuel López Obrador, pueda mantener su amplio margen que tiene, en materia de aceptación popular, respecto de otros candidatos, a la Presidencia de la República.

En el panorama federal, lo están viendo como el enemigo a vencer, por lo que nuevas estrategias se tomarán para detenerlo, incluso, que el PRI y el PAN, llegaran a unirse en su contra, pues lo importante del caso será que no llegue a ser un verdadero peligro para el país, según juzgan empresarios, políticos y todos aquellos, que de alguna manera, son los dueños del dinero en este país.

Al menos, hasta ahora, este es el panorama político que se pinta dentro de un ambiente donde los grandes errores que se cometen en el gobierno, han estado dando paso a que la popularidad del tabasqueño, vuelva a resurgir y se convierta en un fenómeno político que nadie pueda parar.

Y no es que el mismo López Obrador, sea el hombre que pueda cambiar el destino de la nación o que sea lo mejor que esperan los mexicanos. No, lo que ha pasado es que los mismos errores del PRI y sus gobernantes, son los que han hecho crecer al popular Peje, de tal manera que la preocupación es considerable para quienes se sienten culpables de haber dejado que su popularidad creciera, se insiste, no por ser buen político o buen administrador, sino porque los mismos gobernantes, con sus acciones, le han dado los elementos necesarios para que su crecimiento político sea real.

No esta por demás pensar que los ciudadanos, como siempre, han tomado el voto como la mejor forma de hacer sentir su autoridad y buscan, de esta manera, castigar a quienes no se han cuidado de hacer mala política y más cuando la corrupción se ha hecho más evidente en los gobiernos de estos tiempos.

Andrés Manuel López Obrador, se encuentra colocado, por hoy, en un buen sitio dentro de la aceptación popular. Ha rascado de cerca el primer lugar y aunque exista un gobierno priista, que en todo caso podría ser respaldado por el PAN, no se puede perder de vista que ha venido desde abajo, sumando puntos para su causa, basados, principalmente, en los actos de gobierno, que tanto a nivel federal, como estatal, han cometido los priistas y muchos de los propios panistas que no se han quedado atrás en este sentido.

Las cosas no pinta bien para los priistas y para los propios panistas, porque ambos partidos estarían en todo caso, haciendo alianza en contra de un partido como Morena, con López Obrador al Frente, que puede darle, a los dos, un buen susto para la próxima sucesión presidencial.

La clave, se insiste, podría conocerse en el próximo año, cuando las nuevas elecciones y las más próximas indiquen el camino que se tenga que seguir por los priistas y panistas, pues a partir de entonces, el panorama político nacional, ya les dará una pista de por donde podrían ir las cosas.

El mismo Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, debe sentirse preocupado por la situación que se viene dando, puesto que también, los errores en materia de corrupción, que no han desaparecido aunque se quiera por todos lados desviar la atención, la gente de México, no deja de pensar en la Casita Blanca, que en determinado momento puso en evidencia que los actos de corrupción se dan en todos los niveles del gobierno y que es un pendiente más que se tiene para cuando las elecciones presidenciales tengan que hacerse presentes.

Hay Estados de la República, como Veracruz, que para el día de las elecciones, tanto las próximas del año que viene, como las que corresponden a la sucesión presidencial, estarían prácticamente perdidas. La imperante corrupción en el gobierno, no es desconocida para nadie.

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POR DIVERSAS RAZONES, hay quienes aprovechan los momentos de grandes dificultades del Estado, y quieren, por lo mismo, embarrar a muchos políticos que también, por una o varias razones, se encuentran dentro del gobierno veracruzano, prestando sus servicios a una administración que los contrató para salir adelante en varios aspectos, pero que no forman, ni siquiera lejanamente, parte de aquellos políticos desleales y corruptos que no supieron medir, ni siquiera las consecuencias de lo que sus actos pudieran traer.

Así, ya le han comenzado a colgar milagritos al Secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, cuando éste funcionario, cumpliendo con su compromiso en el lugar donde se encuentra, sale a dar la cara muchas veces por el Gobernador.

Cumpliendo, exactamente, con su responsabilidad, en su calidad de Secretario de Gobierno, y responsable de la política interna del Estado, Ríos Alvarado, es un hombre, cuya carrera política, la ha realizado a base de esfuerzos permanentes a lo largo del tiempo, donde siempre ha demostrado tener lealtad, pero al mismo tiempo, haber operado con toda honestidad y transparencia.

No se vale, pues, que en aras de destacar a través de los medios de comunicación, tomen también, a un político hecho en el fragor de la batalla, cuando los tiempos eran de formación política, pero también académica dentro del quehacer público estatal.

Ríos Alvarado, comenzó, entre otros oficios, siendo regidor del Ayuntamiento de su tierra y desde ahí se fue formando con el ejemplo de muchos políticos de su época que lo impulsaron, pero eso sí, dentro del marco de la legalidad y más que de legalidad, dentro de la honestidad, como siempre lo ha demostrado al paso de los años, por lo que ahora, no hay nadie que pueda comprobarle un acto deshonesto y menos que sus acciones no hayan sido sumamente transparentes.

Así, nada más.

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CORRE LA VERSION que una vez resuelta definitivamente la sucesión gubernamental en Veracruz, es decir, a partir del primero de diciembre, comenzará de hecho la más fuerte precampaña política que se haya visto por parte del Senador Pepe Yunes.

Esto quiere decir, que en diciembre, propiamente, arranca la precampaña hacia la sucesión gubernamental del dos mil dieciocho, sin dejar de tomar en consideración las elecciones del año que viene, que como ya hemos comentado, serán el preámbulo de lo que sucederá en materia político electoral al año siguiente.

Las fuerzas políticas representativas dentro del Partido Revolucionario Institucional, comienzan a pensar en la renovación del Comité Directivo Estatal, con la línea de Pepe Yunes y Héctor Yunes Landa, que por obvias razones, no quedará fuera de esta etapa de recomposición política en el Estado.

Los dos Senadores de la república, tienen el pulso exacto del priismo estatal y serán ellos, con la anuencia de la dirigencia nacional, quien determinen en gran parte a quien le encargarán los trabajos de fortalecimiento del tricolor.

Es posible, incluso, que el mismo Amadeo Flores Espinoza, no sea movido de su cargo, porque así convenga, sin duda, a los intereses políticos de Pepe y Héctor Yunes.

Como se ve, a partir de diciembre, otros gallos cantarán.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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