Las inundaciones causadas por las lluvias torrenciales en el noreste de Corea del Norte han dejado en los últimos días al menos 133 muertos y 395 desaparecidos, además más de 35 mil 500 casas fueron destruidas o sufrieron daños, según cifras oficiales.
Asimismo, 107 mil personas fueron evacuadas de las áreas adyacentes al río Tumen, unos ocho mil 700 edificios públicos resultaron dañados y al menos 16 mil hectáreas de cultivo están bajo el agua, reportó la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La OCHA aclaró que sus cifras se basan tras una visita realizada la semana pasada a Corea del Norte por representantes de agencias de las Naciones Unidas, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (CICR).
Las fuertes lluvias causadas por el tifón Lionrock, el décimo de la temporada en el Pacífico, provocaron a principios de este mes severas inundaciones en la provincia de Ryanggang y sobre todo en Hamgyong del Norte, fronterizas con China en el extremo nororiental del país.
La agencia norcoreana de noticias KCNA aseguró la víspera que se trata del “peor fenómeno climático” de los últimos 70 años, ya que ha provocado enormes pérdidas, aunque destacó que la reconstrucción ya está en marcha.
Al menos 600 mil personas han sufrido cortes de agua y las áreas más afectadas permanecen inaccesibles por carretera.
Corea del Norte y los organismos internacionales que trabajan en la zona buscan restablecer las comunicaciones viales cuanto antes y reconstruir al menos 20 mil casas antes del invierno, extremadamente frío en esa región.
El Ejército de Corea del Norte movilizó tropas para ayudar a las víctimas de las inundaciones, que comenzaron el pasado 29 de agosto debido al tifón Lionrock.
El gobierno de Corea del Sur no planea enviar ayuda “a menos que se la solicite expresamente Corea del Norte”, informó una representante del Ministerio surcoreano de Unificación.
La temporada de tifones de 2016 ha golpeado a Corea del Norte más fuerte que el año pasado, cuando las lluvias torrenciales causaron al menos 40 muertos y unos 11 mil damnificados, según cifras de la Cruz Roja Internacional.