Por años hemos escuchado soluciones y propuestas para mejorar nuestro desarrollo económico y fortalecer el crecimiento de nuestro estado. Los empresarios pidieron, en su momento, que las escuelas de nivel superior formasen los cuadros que ellos requieren. De hecho, las ciencias sociales y las humanidades poco a poco han perdido terreno en los últimos 30 años.
Pareciera que no hemos podido, no sociedad ni gobierno, forjar el material humano necesario o fortalecer las inversiones privadas, públicas y mixtas para alcanzar nuestro objetivo. Es cierto que hay experiencias exitosas pero, por desgracia, no son la mayoría y se debe más a esfuerzos personales que a una política de Estado.
Se nos dijo que en 1994 entraríamos al “primer mundo” con la firma del Tratado Trilateral de Libre Comercio entre nuestro país, Estados Unidos y Canadá. Pero la realidad es necia y nos dice lo contrario.
Quizá por eso sea bueno observar con detenimiento la propuesta de reforma a la Ley de Fomento Económico para el Estado en su fracción XV del artículo 5 de la Ley de Fomento Económico, que presentó el diputado local, Adolfo Ramírez Arana. Entre sus objetivos está el promover y conservar la extensión y vinculación de los sectores público, empresarial, educativo y de investigación para potenciar el desarrollo económico de la entidad.
En opinión del legislador, el Estado no sólo debe ser enlace con los sectores productivos e instituciones de educación superior, sino que debe implementar programas de extensión universitaria y empresarial a fin de crear vínculos productivos y comerciales que permitan construir una mejor plataforma económica en la entidad.
En días pasados, Ramírez Arana expuso ante sus homólogos: “Veracruz cuenta con valiosos elementos que favorecen la explotación de materias primas en el proceso productivo, lo que da lugar a muchos derivados que son destinados a mercados nacionales e internacionales. Actualmente la entidad tiene el primer lugar nacional en producción de ganado bovino y ocupa lugares preferentes en otros de consumo cotidiano. (Por eso) es necesario que Veracruz abra sus posibilidades a nuevos espacios, giros y servicios, mediante los cuales sea lograda mayor derrama económica hacia sectores que hasta ahora están en desventaja respecto de otros que ya ocupan un lugar destacado. Debe buscarse un lugar en la industria que no sea la petrolera”.
Hay razón en lo dicho, agregaría que debemos también explorar posibilidades más amigables con el entorno natural. Explotar toda la riqueza arqueológica que tenemos en la entidad y difundir nuestra riqueza cultural que cada pueblo y comunidad tiene. Para eso también se debe perfeccionar la profesionalización de nuestros egresados de educación superior.
La zona arqueológica d El Tajín, es la más conocida por el impulso que se le dio en sexenios anteriores, pero se ha desaprovechado a Cempoala, Quiahuiztlan y Castillo de Teayo por mencionar un recorrido turístico “natural” que tendrían nuestros visitantes que llegase a Xalapa o el Puerto de Veracruz.
Con esto los habitantes de esos municipios podrían mejorar sus niveles de ingresos mediante el turismo cultural obvio, se necesitan carreteras en buenas condiciones, seguridad para los turistas, y que los pobladores sean capacitados en los diversos ramos de servicios que ofrecieran.
Por ideas no quedaríamos en un páramo, pero se necesita voluntad y visión de futuro de nuestros gobernantes y de la sociedad. ¿No cree?
Por hoy es todo, les deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.