La novela reseñada esta semana narra la historia de Rustichello de Pisa, prisionero de guerra encarcelado ya por 14 años en espera de alguien pagara un rescate o para ser intercambiado por otro prisionero, en la Génova de los siglos XII y XII. Hasta que Marco Polo, viajero y mercader veneciano, llega a la prisión.

Graciela Montes- Ema Wolf.
Editorial Algaguara.
México, 2005.
Pp. 562.

En los siglos XII y XIII, Génova juega un papel central en la economía y el comercio del Mediterráneo Occidental. En ese tiempo rivaliza con Pisa y Venecia. Los genoveses, volcados al comercio marítimo extienden su dominio hacia el Mediterráneo Oriental. En esos siglos Génova gana guerras a pisanos y venecianos. Una costumbre de la época era mantener a los prisioneros encarcelados por años en espera de que alguien pagara un rescate o para ser intercambiados por otros prisioneros.

En 1298, en una celda del Palazzo del Mare, Rustichello de Pisa vive su año catorce como prisionero de guerra. En su tierra como escribano copió manuscritos para las casas reales más importantes de Europa, ahora como prisionero se desempeña como amanuense de la aduana genovesa. Hasta entonces nadie ha ofrecido rescate por él y la cárcel se prolonga. Su destino parece cambiar cuando Marco Polo, viajero y mercader veneciano, llega a la prisión. Los dos comparten la celda. Rustichello intuye que la historia del veneciano es un tesoro. Si la escribe, los príncipes quedarán maravillados y sacarán a ambos de la prisión.

En la última página de la novela se escribe. ”En el año de 1307 el mercader Marco Polo hizo llegar una copia de Le devisement du monde a la corte de Francia a través de Thibault de Cepoy, vicario de Charles de Valois, el hermano del rey. Por entonces circulaban ya muchas copias de un compendio en latín, obra de Pipino, erudito veneciano. El libro alcanzó pronta difusión. En la actualidad se conservan 85 manuscritos que incluyen compendios, fragmentos de antologías y versiones completas. Están escritos en francés, latín, italiano, toscano, véneto, alemán e irlandés. El original no se conserva”.

La historia de estos dos prisioneros es una gran metáfora sobre la esperanza de conseguir algo, para el caso la libertad, y luchar, para que no sea solo un sueño sino que ésta se haga realidad. En la vida, para el caso la cárcel, solo quedan dos posibilidades; abandonarse, dejarse morir lentamente, o luchar por la vida. La decisión es personal. Las circunstancias pueden ser las peores, pero la voluntad de lucha las puede vencer.

El texto revela un importante trabajo de investigación de la época. Es una novela muy bien documentada y es el resultado de un trabajo de varios años. Las descripciones son minuciosas y detallistas. El estilo de la redacción es muy elaborado, incluso se podría calificar de barroco, con muchas palabras poco comunes y una estructura compleja y al mismo tiempo novedosa. Algún crítico ha comparado la prosa de esta novela con la de Borges o Carpentier. En algunos tramos de la obra la lectura se me hizo difícil.

@RubenAguilar