«Ni para la foto, ni para el aplauso»: Pepe YUNES
«Los buenos gobiernos no trabajan ni para la foto ni para el aplauso» dijo el Senador veracruzano el día de ayer con motivo de la inauguración de obras hidráulicas en beneficio de 16 colonias populares de Xalapa. Creo que muy pocos acompañantes le entendieron el mensaje; y pocos también de la clase política cuyo ego solo sabe alimentarse de un dulce que es escuchar su nombre aplaudido ( aunque sea de familiares, empleados y amigos) y tomarse la foto del presidium, me dijo una ocasión un amigo pensante que trabaja en este ayuntamiento.
El Senador fue más al fondo de su reflexión crítica cuando se refirió a los beneficiarios de las obras: » Si 135 millones de pesos – costo de las obras inauguradas – se utilizaran para pavimentar calles, habría kilómetros de pavimento en la ciudad y seguramente obras que en el tiempo estarían recordando a esta administración. Si 135 millones se utilizaran para generar parques para embellecer a la ciudad, seguramente esas acciones estarían perdurando a esta administración y permitirían antecedentes para la fotografía. Quiero destacar que tenemos un presidente municipal que no trabaja para la fotografía, que atiende la problemática real aunque la obra se entierre y no se vea porque cuando deje de inundarse una sola casa de estas 16 colonias, seguramente muchos vecinos se habrán olvidado de los 135 millones y de esta magna obra hidráulica pero lo realmente importante, lo que debe destacar la sociedad, es que los buenos gobiernos no gobiernan para el aplauso, los buenos gobiernos – con decisiones aunque no se vean y a veces sean antipopulares – trabajan para resolver problemas y esa es la grandeza de esta administración y ese el sello que distingue al Presidente Américo Zúñiga».
Observe lector que el político conocedor del pueblo, tiene hasta para hacerle ver lo que debe importar de un gobernante. Recordemos que llamadas «obras de relumbrón» – todavía preferidas por muchos alcaldes – fueron las electoreras por muchos años, ahora solo lo son para políticos obsoletos e ignorantes de los cambios en la conciencia social que emerge y demanda que los recursos públicos se inviertan en obras prioritarias como las redes de agua potable, drenaje sanitario y pluvial aunque solo se vean cuando incomodan y luego se olviden por ir enterradas. Sin embargo nada sólido y para la vida digna se puede construir sin esas obras.