A fines del siglo XIX y principios del XX en nuestro país, se empezaron a utilizar imágenes con esqueletos y cráneos acompañados de textos críticos hacia el Gobierno y la ‘alta sociedad’. Eran tiempos de definiciones y acciones. Construíamos nuestro proyecto de Nación.
También era el tiempo del grabado que se imprimía en los periódicos “de combate” y en hojas sueltas. Entre estos grabadores figuraban Constantino Escalante, Santiago Hernández, Manuel Escamilla y José Guadalupe Posada, quien le imprimió el toque crítico y festivo que aún mantenemos.
Según el historiador Agustín Sánchez González la primera referencia que se tiene del grabado realizado por José Guadalupe Posada de La catrina, data de 1913, publicado en una hoja volante por la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, bajo el nombre de ‘La Calavera Garbancera’. Es decir que nuestra catrina apenas inicia su segundo siglo de vida.
Aunque siendo estrictos, La catrina, como hoy la conocemos, es ‘una invención’ del muralista mexicano Diego Rivera, “pues fue él quien le dio cuerpo en 1946, cuando pintó ‘Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central’, en el entonces recién construido Hotel del Prado, en la Ciudad de México”.
Nuestra Catrina va desnuda. Sólo usa un sombrero amplio. Recordándonos a todas esas personas que aparentan lo que no son. Que viven de la imagen aunque en esencia sólo tengan sus propios huesos para vivir.
Parece que en lo social no hemos cambiado mucho con nuestros ancestros de hace 100 años. Porque seguimos viendo y cohabitando con Catrinas y Catrines, que aparentan ser lo que no son.
Es complejo hablar de la mexicanidad porque somos pluri y multiétnicos. Pero si de algo podemos estar seguros, de uno de los íconos que nos une, es precisamente la Catrina de José Guadalupe Posada.
Este largo preámbulo obedece a que el próximo 29 de octubre se realizará el Festival de Catrinas en la ciudad de Misantla, como parte de los festejos de “Todos Santos”, para motivar a las nuevas generaciones a continuar con el culto a los muertos, una práctica arraigada en los municipios veracruzanos a los que cada región le imprime su cultura y costumbres.
El diputado por el distrito de Misantla, Heber Alan Carballo Salazar, conjuntamente con Marco Antonio Domínguez Hernández y sus amigos apoyan la organización del festival, que cada vez tiene más participantes que con alegría, colorido y creatividad dan vida a esa fiesta del pueblo.
En comunicado oficial se nos informa que la convocatoria ya fue emitida y “está dirigida no sólo a los habitantes de Misantla, sino también a otros municipios del país. Habrá premios en efectivo para los tres primeros lugares en las categorías: infantil, catrinas libres y calaveras; obtendrán un premio de 8 mil pesos; segundos lugares, 5 mil pesos y el tercero, 2 mil 500 pesos”.
Carballo Salazar destacó que:“Misantla es un municipio rico en tradiciones y cultura, por lo que este evento da la oportunidad de disfrutar los altares con flor de cempasúchil, deliciosas ofrendas, promover a grupos artísticos y obras de teatro.Es la ocasión para degustar la gastronomía propia de la temporada; destacan los tradicionales tamales estilo misanteco, las frutas originarias de la región como plátano, naranjas, licor de nanche, así como el dulce de calabaza, yuca, jamoncillo y platillos derivados del maíz y frijol, elaborados con fervor para que los difuntos lleguen”.
Nuestro sentido festivo hace que cada día sea una fiesta. No importa si es nacimiento o muerte, siempre nos reunimos para celebrar y recordar. Hoy somos síntesis de nuestro pasado, pero simiente de nuestro futuro.
Por hoy es todo, les deseo un excelente día y nos leemos en la próxima entrega.