Escribo estas notas a las 4 de la mañana del día miércoles 12 de octubre, desde mi habitación en el «Hospital 20 de Noviembre» del ISSSTE, tres horas antes de ingresar al quirófano para una cirugía robótica del riñón izquierdo, la máxima tecnología disponible, con participación de especialistas reconocidos y cálida y excelente atención.
No me puedo quejar como derechohabiente. Pero pienso y escribo como ciudadano. A mi alrededor, está la evidencia de la que sabía por datos estadísticos: dentro de este gran hospital de miles de trabajadores, el espacio mayor lo ocupan pacientes de Cáncer y de enfermedades cardio-vasculares. O sea la encarnación del diagnóstico epidemiológico de México.
Después de esta vivencia y de leer en mi celular algunas conferencias (del Dr. José Narro Robles, Rolando Cordera Campos, David Ibarra Muñoz, Jesús Kumate Rodríguez allá por el año 2006. Cuando había que dar paso al pensamiento crítico al finalizar el primer año de la alternancia.
«La Salud en un Callejón ….. ¿Sin salida?» Es el artículo cuarto del tema y que las circunstancias personales no me han permitido concluir. Estas notas son un adelanto de un pensamiento crítico que no se puede guardar lo que es para compartir y desafía al ego perfeccionista. ( espero salir bien de esta y terminarlo)
Empiezo por algunas de las conclusiones:
México, a lo largo de un siglo, ha construido un gran sistema institucional para prevenir enfermedades y sobre todo para la recuperación de la salud perdida. Sin embargo carece de una política y una estrategia para la promoción de la salud a pesar de darle este nombre a algunos textos oficiales.
El Acuerdo del Presidente Enrique Peña Nieto, (que recoge propuestas sostenidas por muchos años del propio Dr. Narro) es un intento desesperado por afrontar una realidad, más terca que todos los buenos propósitos: las medidas que contempla son las necesarias para articular recursos y esfuerzos, optimizar capacidades y ofrecer los servicios de salud con criterio de equidad. Operan en contra los poderosos intereses internos y externos del sector, las inercias, y una demanda de servicios incontrolable y de alto costo.
A la adversidad citada no le hace nada una reestructuración interna que apenas empieza y ya desató resistencias, tampoco ferias de la salud y acciones extra muros.
Varias cosas por ahora veo que omite y limitan el Acuerdo de Universalización :
1.- Inexistencia de matriz Intersectorial en el Programa Nacional de Salud, lo que significa que no se han acatado previos Acuerdos Internacionales de México que establecen que deben hacerse explícitas las metas y los presupuestos en favor de la salud dentro de todas y cada una de las políticas sectoriales y no sólo en el sector salud.
2.- No existe la cultura ciudadana que haga exigible el Derecho Constitucional a la salud como tampoco cultura de la corresponsabilidad social e individual con la salud.
1.La salud de una persona como de una nación es el reflejo de su modo de vida. Mientras este no cambie, seguirá fabricando las enfermedades que padecemos.