Lo que le acaba de pasar a Héctor Yunes Landa- una declaración desafortunada sobre los fieles del PRI- que le ha generado críticas generalizadas que le obligaron a solicitar disculpas públicas, debiera servirle para cambiar, aunque sea en alguna medida, su forma de actuar en política. Héctor es un político con mucha malicia, el asunto es que se excede; quiere estar en todas, quiere opinar sobre todo, quiere estar siempre en los reflectores, y en ese afán de siempre hacerse notar, hace o dice cosas incorrectas, que en varios casos le hacen aparecer como oportunista y no en el mejor sentido del término de la oportunidad. Un respetuoso consejo de viejo es que sea más prudente, más respetuoso, en términos generales «que se mida», que sea más discreto y que cuide su imagen dadas las metas políticas que persigue. Además, ya conoce que por no ganar la elección todo mundo se le viene encima. Si hubiera ganado, quizás varios hasta le hubieran celebrado su desafortunada frase.