Menuda sorpresa se llevó el conductor de un automóvil particular que circulaba de norte a sur sobre Ignacio Aldama, pero al llegar al cruce intermedio con Miguel Hidalgo sorpresivamente parte de de éste se hundió junto con el pavimento.
Tan sólo metros arriba en Miguel Hidalgo, el ayuntamiento ya había cerrado la vialidad debido a trabajos de reparación con el drenaje, sin embargo, gran parte de la avenida en ese sector se encuentra deteriorada y con riesgo de provocar hundimientos al menor paso de vehículos, tal como el ya descrito.
Al lugar llegaron elementos de la Policía Estatal para auxiliar al conductor y así sacar la unidad del lugar, pero minutos después un improvisado señalamiento a base de ramas que tuvieron que romperse de tres árboles, junto a una cubeta, fueron la única muestra que indicaba precaución a los automovilistas, pero también el signo de la situación económica que impide colocar un buen letrero.
Dicho escenario es común en diversos tramos de la avenida Miguel Ángel de Quevedo, donde el pasado fin de semana otra unidad quedó dentro de un gran hoyanco, días después fue un tráiler, siendo este último hecho el tercero.