Mientras sigan las cosas como van, muy difícilmente, sino imposible, será que Veracruz y los veracruzanos, salgamos del atolladero.
Por principio de cuentas, como las deudas que fue acumulando Javier Duarte y se denunciaron públicamente más que en tiempo y forma, nada pasó, pues bastaba con que el gobernador con licencia y ahora prófugo de la justicia dijera esa frase, del no pasa nada, para que nada pasara.
Se anticipó que más de uno de los integrantes del equipo cercano a Javier, llegaría vía legislativa, al Congreso del Estado para garantizar su impunidad y blindarse de cualquier denuncia ante las autoridades judiciales.
Pues ahí están, tan campantes Vicente Benítez y Juan Manuel del Castillo, como si no pasara nada ni fuera a pasar.
En la que fue la primera conferencia de prensa en la Sala de Prensa «Regina Martínez», el coordinador de la fracción de Morena, Amado Cruz Malpica, prácticamente fue obligado a contestar la pregunta de que si pedirán o buscarán que los dos cercanos duartistas sean llamados a cuentas en el seno legislativo.
Porque primero, sus respuestas fueron «políticas»: que no iban a tolerar la corrupción, que los que tuvieran cuentas deberían pagarlas, pero sin decir nombres, hasta que se le exigió si validaban o no la llegada de Benítez y del Castillo.
Finalmente dijo que si lo contemplarían, aunque no se comprometió a nada.
Entonces vemos que, por el momento y al comienzo de las funciones de la LXIV Legislatura local, los dos citados consiguieron lo que quería: fuero y por lo tanto impunidad.
Otro detalle es que la fracción de Morena, con 13 legisladores y por ende la segunda fuerza en el Congreso, no tiene cabida en la Junta de Coordinación Política y buscarán presidir las principales comisiones como la Vigilancia.
Una «Cápsula Política» del portal Crónica del Poder que dirigen Felipe Hákim, Marco Aurelio González y Francisco Saucedo, habla de que a la fracción legislativa de Morena se le habría ofrecido la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso local, pero que su líder moral y dirigente máximo, Andrés Manuel López Obrador, les instruyó que no la aceptaran.
De ahí entonces que los 13 diputados morenos fueron los primeros en usar la Sala «Regina Martínez» para exigir al gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares que no se vaya a convertir en un Duarte o Padrés, el primero del PRI y el segundo del PAN.
Denunciaron ante los periodistas que abarrotaron dicha sala, que los diputados del PAN se pusieron de acuerdo con el PRI y el chiquitaje, para no dejarlos pasar, lo que entonces vendría ser como repite Andrés Manuel y se ha hecho casi palabra suya: un complot en contra de Morena.
Pues en fin, que esto apenas comienza y el martes próximo es la segunda sesión plenaria de la LXIV Legislativa en la que, ahora si, todos los que quieran pasar a tribuna, podrán decir lo que quieran desde su ronco pecho.
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