Nunca en la historia una elección había despertado tanto interés y preocupación mundial como la que mañana tiene lugar en Estado Unidos. La posibilidad de que el republicano Donald Trump llegue a la Presidencia de su país ha hecho caer las bolsas y creado preocupación en los gobiernos de todos los países.
En último momento la decisión del director del FBI, James Comey, de intervenir en el proceso electoral, en contra de la posición del Departamento de Justicia, al anunciar una nueva investigación sobre el uso del correo personal de la candidata Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado, ha ayudado a que Trump cierre la diferencia en las encuestas.
A pesar de eso, los últimos sondeos señalan como ganadora a la candidata demócrata por una ventaja de dos a cuatro puntos en el voto popular, según el promedio de encuestas que realiza Real Clear Politics. Y en los sitios especializados en estudios de probabilidad, como FiveThirtyEight y The New York Times, Clinton gana la elección con una diferencia de 60 o 70 puntos.
En las votaciones adelantadas, con cerca de 40 millones de sufragios, la demócrata supera al republicano con 55% de intención de voto contra 37% del republicano, según TargetSmart-William &Mary. Las casas de apuesta, como Bovada, dan como ganadora a Clinton dos contra uno.
Las últimas encuestas señalan que la demócrata obtiene también la mayoría de los votos del Colegio Electoral. De los 538 votos obtiene con seguridad 224 contra 180 del republicano. Están en juego 134, según Real Clear Politics. Para ser elegido presidente se requieren 270. FiveThirtyEight, que maneja probabilidades, otorga 312 votos a Clinton, 225 a Trump y uno al candidato Evan McMullin.
En Estados Unidos, con una población de 320 millones, son 221 millones los que pueden votar. En la elección presidencial pasada sufragaron 130 millones. Ahora, el resultado va a depender en muy buena medida de la cantidad de afroamericanos y latinos que se decidan a votar. El 80% de éstos simpatiza con Clinton.
Los datos estadísticos indican que la candidata demócrata va a ganar a menos, como asegura el Financial Times, de que “ocurra algo terriblemente inesperado”. Algunos analistas estiman que la fuerza del republicano está en el voto oculto que se va a expresar el día de la elección, pero la mayoría de los especialistas coincide en que éste ya no puede cambiar el resultado electoral.
Desde 1936, cuando Gallup empezó ha hacer encuestas de las elecciones presidenciales, el candidato que en septiembre y octubre lleva la delantera siempre gana. En 1980, Ronald Reagan fue la excepción. Iba abajo en las encuestas y al final ganó. Para todos fue una gran sorpresa. ¿Ahora también lo será? Pienso que Clinton se hará con la victoria. Mañana por la noche saldremos de dudas.
Twitter: @RubenAguilar