En la pasada campaña electoral de Estados Unidos, el candidato republicano Donald Trump, ahora presidente electo, utilizó la mentira como elemento central de su discurso. Esa estrategia, en el marco del discurso nacional-populista, le dio gran resultado. Dijo lo que sus seguidores quieran oír.
Distintos estudios muestran que 80% de sus afirmaciones eran falsas. Los grandes medios y las redes sociales se convirtieron en caja de resonancia de esas mentiras. Eso provocó el reclamo de distintos sectores de la sociedad estadounidense.
La red social Facebook, con 600 millones de seguidores en el mundo, fue criticada por esto. En un primer momento, la empresa, en su defensa, sostuvo que no era un medio de comunicación sino una herramienta de difusión. Después asumió la postura de que iban a trabajar, para evitar que las mentiras se difundieran en su red.
Marc Zuckerberg, la cabeza de Facebook, publicó en su muro: “nos tomamos la desinformación en serio. Nuestra meta es conectar a las personas con las historias que tienen más sentido para ellas y sabemos que quieren información certera”. Y anunció siete medidas para evitar difundir mentiras. Éstas son:
1) Detección: la capacidad para descubrir las mentiras, lo que ellos llaman desinformación, va a mejorar.
2) Avisos: se hacen más sencillos los pasos, para que los usuarios avisen cuando una información es falsa. Se busca frenarla lo más pronto posible.
3) Verificación: organizaciones reconocidas y de prestigio, especializadas en eso, se hacen cargo de la comprobación de las afirmaciones que se publiquen.
4) Advertencias: un equipo de la red analiza la manera de etiquetar la información que un usuario haya marcado como falsa. Se avisa al resto de los mismos de la posible mentira.
5) Artículos: la red estudia cómo aumentar la calidad de las historias enlazadas a una publicación, para que el usuario disponga de más información.
6) Anuncios: buena parte de las noticias falsas son promovidas por quienes se benefician del spam. Cambios en el sistema de anuncios van a enfrentar el problema.
7) Aprendizaje: el equipo de la red intensifica su colaboración con los otros medios de comunicación, para aprender de sus sistemas de verificación.
Especialistas en las redes sociales sostienen que la nueva posición del creador de Facebook implica reconocer que esta red no es sólo una herramienta de difusión sino también un medio de comunicación de lo cual se derivan nuevas responsabilidades.
La posición de la empresa no implica la censura, que siempre es condenable, pero sí evita ser usada como caja de resonancia de información falsa intencionalmente difundida para ciertos intereses particulares o de grupo como, queda muy claro, fue el caso de Trump.
Twitter: @RubenAguilar