«En otro acto de gran sensibilidad hacia el bienestar de los mexicanos, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto deterimó dar marcha atrás en el aumento al precio de las gasolinas y el diésel, que se habían anunciado para enero (se preocupó en demasía por las cadenas en whatshapp de no adquirir gasolina en los primeros días de enero, y la molestia social que causó el incremento). Sin duda, Peña Nieto responde así al clamor popular que rechaza este tipo de medidas que afectan terriblemente la economía nacional». Lo comenta Gabriel Arellano en su «Escenario». (I.P.)