Esta carta no pretende ser una reclamación, una crítica, o un llamado de alarma a la crítica situación por la que ha atravesado el país durante los últimos años, este escrito es el simple desahogo de un ciudadano consternado y preocupado, que espero que pueda servir de voz e inspiración hacia el resto de mis conciudadanos, fruto de la impotencia, la indignación y del hartazgo que me produce el ver a mi México, un país que lo tiene todo, desmoronarse poco a poco a causa de un sistema político y social podrido, egoísta, indiferente, carente de valores y total y completamente desinteresado por el bien común.
Estrategia fallida contra el narcotráfico, financiamiento desorbitante a partidos, populismo político, gobiernos paternalistas, manipulación de medios de comunicación, crisis económicas auto provocadas, políticas públicas cortoplacistas, violencia en escalas nunca antes vistas, gobernadores virreyes, congreso incapaz e inoperante, corrupción en todos los niveles, crisis de valores, indiferencia y apatía ciudadana, líderes políticos patéticos, servicios públicos paupérrimos, falta de oportunidades, impunidad total, pobreza y desigualdad social, amiguismo y compadrazgo, estado de derecho fallido, falta de educación y civismo.
YA BASTA.
¿Esto es México? ¿Este es el México que queremos heredar a las futuras generaciones? ¿Qué clase de futuro puede tener un país con un círculo vicioso tan grande?
Me aterra pensar en las respuestas (o la ausencia de) a estas y a muchas otras preguntas que me cuestiono día a día sobre el futuro del país, pero al mismo tiempo, también creo que México entero, y en particular mi generación, se acercan cada vez más a un punto de inflexión, ese punto crucial en donde la historia se encargará de juzgar si se hizo lo suficiente o fue donde se perdió la oportunidad de generar el cambio verdadero que necesita este país.
Hoy, más que nunca en la historia reciente, México necesita de sus buenos mexicanos, que estoy plenamente convencido que superamos en calidad y en cantidad a las manzanas podridas que nos tienen sumidos en este círculo vicioso, pero esta vez será necesario algo más que el esfuerzo individual, loable y discreto de todos aquellos que tratamos de predicar con el ejemplo por un mejor México.
Ha llegado la hora de un despertar colectivo, de una verdadera concientización sobre el presente y el futuro de este país, de una verdadera inclusión y participación activa y colectiva de la ciudadanía; es tiempo de alzar la voz, de discutir, de escribir, de proponer, de involucrarse, de criticar constructivamente, de denunciar y de pedir cuentas.
Es tiempo de demostrar con educación, con inteligencia y sobre todo con sentido común, que México puede y DEBE cambiar. Está en nuestras manos.
“Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.” – Martin Luther King Jr.
Rodrigo Correa San Martín