Situación de crisis como hace muchos años no se vivía en nuestro México..…bloqueos, robos, saqueos, enfrentamientos, heridos y….lamentablemente, ya hay muertos.

Los grupos que se organizan mediante las redes sociales parecen no entender razones, más bien dan la impresión de que van con la firme convicción u orden de ir adelante, sin parar, de frente y con todo.

Llegan a pie, en bicicletas, motonetas, motocicletas, autos, vagonetas y, hasta en camionetas de batea y de carga… Cargan con lo que encuentran y, principalmente, con lo que buscan de más valor, especialmente pantallas de televisión, llegando al grado de llevarse lavadoras y refrigeradores.

Todo lo que están haciendo son hechos constitutivos de delitos que una vez consignados e inmersos en un proceso judicial, habrán de ser acumulados todos los delitos que se configuren en cada caso, por lo que a todos los que sean detenidos, les esperan, cuando menos 10 años de prisión, sin la posibilidad de obtener libertad condicional o sujeta a proceso.

Eso es lo que correspondería de acuerdo a las leyes vigentes… hay que esperar a conocer las sentencias de los jueces, que muchas veces son torcidas por otros intereses y que en estos casos, no pueden ser considerados desde hoy, como excepciones.

Sin embargo, no vemos una puerta de salida a esta crisis, ya que el mismo presidente de la república, ha salido a dar, ¡por fin! Una explicación del porqué de la alza de los precios a los combustibles, dando razones que parecen veraces, correctas, adecuadas, convenientes y, vayamos al extremo, hasta estrictamente patriotas, para lograr la ESTABILIDAD ECONÓMICA DL PAÍS.

Sin embargo, enfrente, se encuentra una sociedad en movilidad que parece estar siendo contagiada por un virus de inconformidad por otras muchas razones distintas al alza de los precios… Son las falsas promesas y, lastimosamente, las mentiras que nos ha dicho el gobierno.

En mi columna de ayer, que recordé la del 30 de julio del 2016, traje a colación lo dicho por Luis Videgaray sobre la tendencia a desaparecer los gasolinazos y, más tarde, el mismo presidente Peña, salió a los medios de comunicación para informar el fin de las alzas mensuales al precio de los combustibles, es decir, no más gasolinazos, ni uno más.

Esta situación, quizás, es la que más peso tiene en el ánimo social, ya que, nuevamente, Juan Pueblo, ha sido engañado, se le han dicho mentiras y se les da un trancazo en esta cuesta de enero, antes de “Reyes” y, el gobierno no deja ver siquiera una rendija hacia una modificación a esa alza de precios, que genere un halo de esperanza que a la vez se pudiera traducir en un voto de confianza para el gobierno.

Pero no, ni una sola pista de dar marcha atrás, al contrario, se percibe una firmeza en mantenerse en esa postura que puede llegar a situaciones más complicadas a lo largo y ancho del territorio nacional.

Esa decisión, simplemente despertó al México bronco, a Juan Pueblo lo ha puesto de pie y, manipulado o no, parece que puede seguir esparciéndose el virus de la inconformidad, con una mala receta que aconseja los saqueos, bloqueos y todo lo que se derive de estas acciones.

En este orden de ideas, la salida del presidente a dar una amplia explicación y decir que comprende la molestia y el enojo existentes entre la población, eso, sencillamente, no dice nada al pueblo, que no quiere escuchar nada en ese sentido, que está necesitado de escuchar palabras que le generen esperanza, fe y confianza para seguir adelante y, de eso, no hay nada.

Preguntar al pueblo qué hubiera hecho, ha generado más encono…quizás alguien debiera decirle al presidente que LA CONFIANZA, COMO EL AMOR, ACABA…. Que la paciencia se agota y las alternativas nos pueden llevar a un callejón que tenga una sola salida: la suya, de Los Pinos.

Es posible, que en el gabinete, no haya quien le diga las cosas como son, la realidad, la neta, por cruda que sea… Que lo que urge hacer es MOVER A MÉXICO, ahora sí, pero hacia la ESTABILIDAD SOCIAL, a pesar de la ESTABILIDAD ECONÓMICA.

Porque alguien debe de entender que para qué de qué nos sirve un país con una economía fuerte hacia el exterior, si adentro, está creciendo la pobreza acompañada de la desesperanza y la falta de confianza en su gobierno y, no omitir que todo se puede derrumbar a consecuencia del hambre de un pueblo.

Quizás deberían hacerse esta pregunta los tecnócratas asesores del presidente:

¿Realmente, en este tiempo y en estas circunstancias, vale la pena poner en la balanza la estabilidad económica por encima de la estabilidad social?

O estas otras: ¿En verdad no hay de donde sacar esos 200 MMDP que dicen es el “hueco” por el subsidio a la gasolina?….. ¿No hay manera de reducción del impuesto a gasolinas?…. Finalmente: ¿No sería oportuno eliminar las prerrogativas económicas a partidos políticos y reducir presupuesto del INE?

@EnEstaHora

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