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La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos debe ser revisada y modificada, porque «muchos problemas» que hoy tiene el país se derivan de la «ilegalidad» contenida en sus artículos, señaló el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Manlio Fabio Casarín.

Este 2017, la Constitución cumplirá 100 años de su creación, y los hombres son juzgados y castigados con códigos que fueron creados hace dos siglos, por ello no es congruente con la realidad actual, mencionó.

«Hay que revisar la constitución porque muchos de problemas que estamos atendiendo se derivan de la ilegalidad, por incongruente, contradictorio que parezca» expuso.

Un problema actual en México es la corrupción y tiene su principal incentivo en la ilegalidad. Un ejemplo es el título cuarto de la constitución, el cual más que mandatar y ordenar es un aliciente de lo que acontece en las esferas del poder, explicó.

El jurista cuestionó «en pleno siglo XXI, ¿ustedes pueden justificar que el presidente de la república solamente puede ser responsable por traición a la patria y delitos graves del orden común? ¿Se puede aceptar en un estado democrático?».

Mencionó que esta constitución política debe tener modificaciones también en la responsabilidad de gobernadores de los estados, en el caso de las infracciones a la constitución federal, del efecto de la sentencia de juicios políticos, porque únicamente son el dar conocimiento a la legislatura local para que actúen en ejercicio de sus funciones constitucionales al enjuiciar un Titular del Ejecutivo estatal.

«Estos juicios políticos no sé si son castigos o son premios. Estas leyes no son acordes a un estado democrático, es el marco que tenemos, que no nos canten el canto de sirenas diciéndonos: El problema de México es hacer cumplir la ley; el problema de México es obedecer al estado de derecho. No el problema es que el estado mexicano necesita una revisión a fondo de su Constitución Política» expresó.

León Casarín expresó que del año 1917 al 2017 el país evolucionó y es evidente el «desgaste o agotamiento» del modelo constitucional nacido en aquella época, por lo que no corresponde.

«Y seguir con las más de 700 reformas me parece que tampoco es una idea inteligente. Se tiene que hacer un alto en el camino, revisar y permear controles democráticos hacia las estructuras del poder, que esta es la gran ausencia que tenemos, e ingresar aspectos que puedan garantizar la tutela de los derechos humanos» finalizó el investigador de la UV.