En unos días más veremos aparecer un número considerable de nombres de personajes públicos de diferentes corrientes políticas en las listas para las elecciones municipales del Estado de Veracruz, entre esos listados se esperan en igualdad ver sumados los nombres de diversas mujeres. La inclusión de la paridad entre los géneros como parte de las recientes reformas a la Constitución, deja de ser una buena intención para convertirse en una exigencia real.
Existen sin duda en estos momentos interrogantes en torno a lograr una igualdad sustantiva no sólo en las urnas, sino también en la organización e incidencia efectiva en el quehacer y agenda de los municipios; es de suma importancia en el devenir histórico de nuestro país observar el proceso gradual de las reformas político electorales y el paulatino reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres; La reforma política electoral de 1996, abono de forma sustantiva en la construcción de mecanismos orientados a garantizar mayores condiciones a la competencia política; sus efectos impactarían la composición de los órganos de representación nacional, fortaleciendo un régimen de partidos cada vez más competitivo; promovería condiciones de mayor equidad en la contienda electoral; independencia de la autoridad electoral, así como innovaciones en el ámbito de la justicia y los regímenes electorales a nivel local, dicha reforma incluiría además, de forma indicativa para los partidos políticos, las denominadas cuotas de género que refieren a una acción afirmativa, es decir, son medidas de carácter temporal, correctivo, compensatorio, encaminadas a acelerar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en el ámbito de la participación política. Las acciones afirmativas donde se busca la paridad son consideradas en el documento emitido por la CEDAW, en el año 2013 la participación de las mujeres en la política marco un gran precedente, pasar de las cuotas de género a la paridad, considerando la premisa de que la paridad entre los géneros no se agota en la definición de porcentajes equitativos de representación, sino que pasa necesariamente por el reconocimiento de garantizar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en todos aquellos espacios políticos de toma de decisiones estratégicas para nuestro país, debemos asumir que la paridad debe darse no sólo en las urnas, sino también en la conformación de los distintos órganos internos en los que se organiza y define el quehacer municipal y legislativo tanto en las Cámaras de Diputados como la de Senadores.
Para lograr este propósito no basta entonces con aumentar el número de mujeres en las candidaturas electorales, sino que es necesario modificar de manera sustantiva las dinámicas, normas, rutinas así como la organización y liderazgo masculino que sigue prevaleciendo, debemos considerar que la reforma Constitucional en materia de paridad entre los géneros constituye un paso relevante y una oportunidad estratégica para construir los andamiajes de una nueva institucionalidad política y un nuevo pacto social, todo ello en una moderna democracia, acorde a los desafíos que plantea el presente en la sociedad mexicana, si partimos de la observación en el recorrido caminado hasta ahora, es posible tener múltiples interrogantes respecto a si se lograra avanzar en la política con respecto a las mujeres, si se podrá obtener la igualdad sustantiva en los órganos estratégicos de la toma de decisiones al interior de todos los ámbitos de la política del país.
Sin embargo debemos confiar en que las instituciones son regidas por mujeres y hombres que buscan el bienestar común, demostrado esta que la ciudadanía hoy exige más la corresponsabilidad y los resultados, el país requiere de toma de decisiones donde sean escuchadas las voces de las mujeres desde todas las trincheras, debemos otorgar toda la confianza y dejar que se actué bajo los instrumentos internacionales que conciernen a los derechos políticos de las mujeres, donde se subrayan objetivos estratégicos como por ejemplo: la declaración y plataforma de Beijing, esperemos que la paridad sea respetada y que quienes contiendan sean las y los ciudadanos que atiendan las necesidades de la población, Veracruz requiere un cambio por el bien de todas y todos, sin la paridad la democracia moderna no estará considerada en los logros en el México del siglo XXI.