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Notimex

Universidades del país desarrollan infraestructura, dentro del Laboratorio Nacional de Clima Espacial, para analizar las repercusiones de la actividad solar en la tecnología y economía de la sociedad actual, dijo aquí el coordinador del centro de investigación, Juan Américo González Esparza.

De visita en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM destacó el papel de las instituciones de educación superior en esta tarea para prevenir los efectos de fenómenos astronómicos como las tormentas solares.

El Laboratorio Nacional de Clima Espacial, es una colaboración de la UNAM, la UANL, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la Agencia Espacial Mexicana y el Centro Nacional de prevención de desastres (Cenapred), donde, atendiendo las modificaciones a la Ley General de Protección Civil, de junio de 2014, incluyen ahora los fenómenos astronómicos”, especificó.

En particular, abundó, se estudian:

Los objetos cercanos a la tierra y los efectos de las tormentas solares sobre nuestra tecnología”, de ahí el inicio de “un Laboratorio Nacional de Clima Espacial, el cual incluye instrumentación”.

Básicamente va a cubrir todo el país, para monitorear diferentes aspectos, de las repercusiones de la actividad solar, sobre nuestra tecnología y sobre nuestra economía”, apuntó en entrevista.

Por eso es que se tienen que generar una serie de políticas públicas de protección civil, y una de ellas es este monitoreo –de basura ambiental- y políticas de prevención que va a desarrollar el Laboratorio Nacional de Clima Espacial”, dijo.

Lo anterior, “conjuntando a instituciones de educación superior muy importantes como la UANL, la UNAM y participando directamente en acciones de protección civil con el Cenapred y la Agencia Espacial Mexicana”.

En este contexto, el geofísico de la UNAM señaló que “las universidades tenemos la parte más importante del laboratorio, tenemos toda la responsabilidad de estar desarrollando infraestructura a la lo largo del país”.

Al mismo tiempo, “estudiar, operar los instrumentos, analizarlos y desarrollar un sistema de aviso de alerta temprana, el cual notificaremos a Cenapred, cuando haya posibilidad u ocurra un evento solar importante y que esto se esté monitoreando y que se incorpore al Sistema Nacional de Protección Civil”, indicó.

Las estrellas tienen actividad todo el tiempo, sin embargo, hay eventos que son muy importantes, es como los sismos, no sabemos cuándo va a ocurrir el siguiente gran sismo, sabemos que va a ocurrir”, comentó.

El último gran evento de actividad solar ocurrió hace 150 años, el 1 de septiembre de 1859 y se conoce como el ´evento Carrington´, sin embargo, a diferencia de lo que ocurría en el siglo XIX y lo que ocurre actualmente, es que en el siglo XIX no había electricidad, no había Internet, no había satélites, no había operaciones bancarias”, refirió.

González Esparza explicó que “son precisamente estos sistemas tecnológicos de los cuales la sociedad depende de manera total en este momento, la sociedad moderna, que pudieran verse afectados, inclusive colapsados por una gran tormenta solar”.

Esta es la razón por la cual existe una preocupación a nivel internacional, de estar monitoreando la actividad solar y desarrollar una serie de protocolos y de medidas de protección, para aumentar la resiliencia del país ante un gran evento que no sabemos cuándo va a ocurrir”, manifestó.

Cuando ocurre una gran tormenta solar, nos preocupa, empiezan a haber variaciones en una capa alta de la atmósfera que se llama ionósfera, esa es la que interrumpe telecomunicaciones, esa es la que afecta sistemas de posicionamiento global y todas estas tecnologías que tienen que ver las telecomunicaciones, son afectadas”, expuso.

Por eso es que tenemos que estar monitoreando la ionósfera en todo el país”, enfatizó el coordinador del Laboratorio Nacional de Clima Espacial.

Explicó que el Laboratorio Nacional de Clima Espacial es una red de observatorios y de instrumentos que va a cubrir prácticamente todo el país, incluso, se utilizan todas las estaciones pertenecientes al Servicio Sismológico Nacional, las cuales permiten hacer mediciones de la ionósfera.

Vamos a instalar magnotómetros para medir variaciones del campo magnético en diferentes puntos del país y una parte central va a estar aquí en Nuevo León, en la UANL”, apuntó.

El experto señaló que, con el grupo encabezado por Eduardo Pérez Tijerina, coordinador del Programa Universitario para el Desarrollo de la Astrofísica y Ciencias del Espacio de la UANL, se tendrá el otro centro vocal de este consorcio nacional, que va a cubrir desde Yucatán hasta Baja California.

Dijo que es necesario efectuar monitoreo en tiempo real, tal cual se realiza con la actividad sísmica, huracanes y otros fenómenos naturales.

Abundó que al igual es relevante la medición sobre los parámetros de la atmósfera y del campo magnético, que son afectados por la actividad solar.

González Esparza asistió a la inauguración del Observatorio Internacional de Monitoreo de Basura Espacial y a la presentación del proyecto de Laboratorio Nacional de Clima Espacial (Lance), que se emprende en coordinación con la UNAM y el Conacyt.