“Todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescriptibles del ser mujer.” Flora Tristán
A las preguntas señaladas en nuestra primera parte: ¿Son las mujeres de generaciones más jóvenes víctimas de la feminización de la pobreza? Y ¿La violencia por razones de género se encuentra implícita en la feminización de la pobreza? Yo respondería que “SI”. Observemos que la pobreza lleva de fondo una relación de poder, el cual se encuentra de forma diferenciada entre las mujeres y los hombres, así como entre indígenas y afro descendientes, sin embargo esta multidimensionalidad desde donde se observan las desventajas que existen en las mujeres, ahondan de manera invisible pero no dejan de ser observables en los espacios domésticos, los espacios familiares donde el trabajo diario no es ni remunerado ni visibilizado, en su gran mayoría realizados por las mujeres jóvenes y niñas, muchas de las cuales no terminaran ni siquiera la primaria, aun en nuestros días encontramos grandes grupos de mujeres en las periferias de las ciudades, en las comunidades y zonas marginadas limitadas para su acceso al estudio, la gran mayoría de ellas, serán presas en algún momento de los fenómenos que a la par de la feminización de la pobreza vivirán ( prostitución y trata ) así como otros fenómenos subyacentes. ¿Cómo cambiar estas posibilidades contrarias a la vida de cualquier persona en especial de las mujeres? Sin duda alguna la autonomía económica de las mujeres así como la conciliación de la vida privada domestica donde los hombres sean alentados a compartir el ingreso económico es una de las vertientes de solución. En estudios del banco interamericano de desarrollo encontramos como una de las respuestas al grave problema de la violencia de género, la falta de recursos en las familias, ubicándose la pobreza en un factor de riesgo para la aparición de la violencia física, verbal, psicológica y doméstica, la cual es el freno del desarrollo económico de los hogares, a mayor violencia en las familias mayor desintegración y son las mujeres las más vulnerables a estas experiencias.
La brecha de género es otro más de los factores que convierten a la feminización de la pobreza en una de las violencias, por ejemplo la propiedad de la tierra, en nuestro país cada día mas se replica el derecho a la producción de las zonas agrícolas, donde es el hombre, jefe de familia el propietario, quedando la mujer, hijas o nietas en total desventaja, es decir, urge una reglamentación donde las tierras puedan ser de las mujeres (las cuales también las trabajan). Esta brecha que separa a mujeres y hombres, con respecto al derecho a la tierra en algunos casos puede variar; se han encontrado negociaciones de algunas mujeres para recibir el “otorgamiento” en resguardo de las tierras, sin embargo en el fondo sigue siendo una brecha desigual y una discriminación que desemboca en la falta de empoderamiento de las mujeres, volviendo a repetirse esta violencia sistémica.
En nuestros días se siguen buscando los mecanismos para la incorporación de mayor cantidad de mujeres en los procesos políticos para el empoderamiento de las mismas, por ejemplo en los últimos años se ha gestionado la implementación de las políticas públicas con perspectiva de género, las cuales permitan la visibilización del género cuando se genera el debilitamiento del Estado; con ello se pondría en práctica la política pública para enfrentar la pobreza, conciliando los ámbitos productivos y reproductivos, el fomento a la autonomía económica y el empoderamiento, así como el fomento de los derechos sexuales y reproductivos, el acceso a la salud, la participación de las mujeres en los diferentes ámbitos, el fortalecimiento del papel productivo de las mujeres mediante la inserción en un mejor mercado de trabajo, con empleos bien remunerados con seguridad social y sin discriminación, con estos esfuerzos podríamos hablar de una verdadera lucha por la desincorporación de la feminización de la pobreza y de la violencia de género, desde un real interés por la ciudadanía y por las mujeres, sin el reconocimiento de las grandes brechas desiguales en las que vivimos, no podremos encontrar el camino del cambio, al país urgen cambios reales para una re composición social, los miles de cuerpos en fosas clandestinas, de los cuales el 60 % son cuerpos de mujeres, jóvenes, niñas, adultas, no podrán parar si no existe un compromiso real porque otras cosas mejores sucedan, cuando hablamos de la feminización de la pobreza, estamos hablando de un tema que nos compete todas y todos, no a unas cuantas o unos cuantos, no es tema solo del feminismo, es tema Nacional, las miles de muertes, desapariciones, ejecuciones en este país, en nuestro Estado, tienen mucho de fondo con la violencia de género y más aún, con la feminización de la pobreza de la cual nos deberíamos avergonzar, oh…. ¿no?