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La Silla Rota

El 25 de marzo de 1930 apareció en una tienda de vestidos de novia en Chihuahua un maniquí tan realista que muchos afirman es un cadáver embalsamado. Enseguida “Chonita”, como llama la dueña al maniquí, cautivo a la ciudad con su belleza y su realismo.

Luce un color de piel pálido, con algunos tonos rojizos, uñas desgastadas, arrugas en las manos, ojos de cristal y cabello y pestañas reales.

No se sabe con seguridad como llego el maniquí a la ciudad, se especula que la dueña lo adquirió en Francia o en Inglaterra. Cautivada por su la belleza, lo compró en cuanto lo vio. Apenas llegó a la ciudad, lo colocó en un aparador, cubriéndolo los mejores vestidos de la tienda.

La gente del lugar no tardo en ver el gran parecido entre el maniquí y la dueña, Pascualita Esparza Perales de Pérez, y comenzaron a llamarle “La Pascualita”.