*Cuando salgamos del enfrascamiento de nuestro propio ego y cuando escapemos como ardillas de la jaula que es nuestra personalidad para volver nuevamente al bosque, temblaremos de frío y de miedo. Entonces nos pasarán cosas que harán que no sepamos quiénes somos. La vida, fresca y reveladora, se nos adentrará”. – D. H. Lawrence. Camelot.
DIA CINCO (EL REGRESO A CASA)
Termina el ciclo de los cinco días de tour, de domingo a viernes que visité, casi como lo hago año con año, este paraíso tejano cerca de Houston, que un día se conoció en Veracruz, porque muchos tentones funcionarios del gobierno se hicieron de parcelas y de casas como si fueran colonizadores en tiempos de la colonización. Claro, lo hicieron con el poder de sus peculados y de echar mano al cajón, cuyo dinero no era de ellos y por eso el vengador solitario, el actual gobernador Yunes, emprendió una cacería implacable sobre ellos, para que los devuelvan y los preste a los veracruzanos que aquí venimos, con todo el housekeeping pagado, o sea el servicio de la limpieza, pues si, no. Cada año el crecimiento de Woodlands es impresionante. Nacen nuevos espacios de supermercado, un nuevo Walmart, mas grande, que conviven con la naturaleza, los grandes bosques que no son de Viena, pero son de esta tierra texana, donde una gran mayoría de mexicanos se ganan la vida honestamente. Como dos de ellos que encontré, uno es cheff de comida japonesa, un mexicano haciendo la comida oriental, solo falta que un japonés haga los tacos mexicanos, que suele ocurrir. Cuenta parte de su historia, tiene dos años por esta zona, venia de California, porque todos sospechaban, aunque aún no llegara Trump, que allá es donde las razias y las deportaciones están a la orden del día, de los sheriffes tipo Arpaio que, uno de ellos, loco como su jefe, pidió tiraran una bomba como la madre de todas las bombas, a los narcotraficantes en México, como si los narcos estuvieran todos juntos en cuevas, como tienen a los ensabanados tipo Nemi, encuevados, los nuestros viven en paraísos de vivienda, en resorts y lo que encuentren con el poder de sus millones de dólares. Encontré otro vendiendo pizzas en la plaza comercial, igual, siente que aquí, pese a que es Texas y ganó Trump, aún no se meten con ellos, está algo alejado este sitio, es de descanso para los que han comprado nuevas residencias, poca policía se ve, una que otra patrulla y aquí no debe haber un incidente malo delincuencial, en años. Vamos, me atrevo a decir que ni pleitos se asoman.
DUARTE EN EL EDOMEX
Abro el diario El País, leo a sus comentaristas deportivos. El Real Madrid demostró de qué está hecho, y derrotando al Bayern Múnich se coló a las semifinales de la Champions, gracias a Cristiano, que nomás tres tiros le dio, como el corrido de Rosita Alvirez del gran Piporro. Un juego que nos mantuvo en el filo, en tiempo extra. El dios Messi y Barcelona no pudieron remontar a la Juventus, aún quedan dos grandes españoles, para demostrar que esa es la mejor Liga del Mundo, no la que quería hacer el inútil Decio de María en México, que terminó en los arrabales (que cultura va a tener, si nació en los matorrales, cono el indio Yumeca, Lorenzo Morales). Leo también que Javier Duarte de Ochoa es casi candidato en la elección del estado de México, apareció como un fantasma. Le han tirado memes al candidato del PRI, el primo del presidente Peña, donde, primero, felicita a su amigo Javier Duarte cuando tomó posesión del gobierno de Veracruz, años más tarde, cuando felicita a la PGR por su apañe y detención, las caras y los desdobles, quienes se embarraron con él, mejor debían callar, guardar silencio sepulcral porque, uno es esclavo de sus palabras y dueño de su silencio, decía Kamalucas, un filósofo de mi pueblo. El País: “Cinco candidatos, tres hombres y dos mujeres, buscan convertirse en la próxima autoridad del Estado de México el 4 de junio. Sin embargo, un personaje a 1.500 kilómetros de distancia se ha colado de lleno en sus campañas. El nombre de Javier Duarte, el exgobernador del PRI de Veracruz acusado de delincuencia organizada, se ha convertido en un arma arrojadiza para manchar la reputación de los aspirantes a la gubernatura”. Y le zampan esos 2.5 millones de pesos que JDO le daba a Morena y que el góber Yunes Bad (Trump dixit) les quitó en cuanto llegó, y los exhibió por todos los rincones morenos de la tierra, porque cerraban llaves y dejaban a un pueblo sin agua. No fueron lejos por la respuesta, salieron por piernas en cuanto les llegó la mano firme. Las fotos de su comparecencia guatemalteca, esposado, abatido, acorralado, pidiendo que sus hijos no le vieran esposado, le dieron la vuelta al mundo.
RETORNO
Voy al aeropuerto Bush, el expresidente al que hospitalizaron apenas, a sus 90 y tantos años se le ve diezmado, como se le vio en la final del Súper Bowl, cuando dio el balón de inicio. Bush es como los Yunes boqueños, un día legó a su hijo George la presidencia de Estados Unidos y por poco logra meter al tercero en el orden al bat, Jeb, al que solo pudo hacer gobernador californiano y, casado con una mujer mexicana, de Guanajuato, tierra de Fox, se vanagloria de hablar el español, que lo aprendió con ella. Lo mismo quiere hacer Yunes Linares, dejar la gubernatura y legar al hijo el sitio, mientras el otro gobierna Veracruz. Como los Kennedy de Boston. Vuelo por United, saldo blanco, no hubo necesidad de un warning a la “Houston, we have a problem”. Ningún problema. Los de United no intentaron bajarme como al chinito-vietnamita, ni nada por el estilo. La aduana, bien. Nada de apretones, este Trump es solo puro bla-bla, ya vieron ustedes que los barcos de guerra que amenazaba enviar a Correa del Norte, se desviaron e iban para otro lado, como aquel chiste: “Un tipo va conduciendo su coche tranquilamente. Pone la radio y escucha:
– «Atención a los conductores de la jodida autopista de Capufe. Un loco está conduciendo en sentido contrario y la policía no ha conseguido pararlo todavía». El hombre, al oír el nombre de la carretera por la que él transitaba, mira a su alrededor y exclama:
– «Pero ¿cómo que uno? ¡Si son cientos!».
Solo vi a uno de sus excolaboradores en el aeropuerto. Mientras su jefe, JDO, está encarcelado, él disfruta del paraíso llamado Woodlands, así suele ser la vida. Unos al gozo, otros al infortunio. Hay días así.
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