Buen día apreciado lector:
Día de reminiscencias y nostalgias desde la mañana de ayer a la entrada de la Ex Hacienda de El Lencero, a nueve kilómetros de esta capital, para recordar a Don Agustín Acosta Lagunes en el sexto aniversario de su muerte.
Aunque tuvo el buen tino de autorizar el homenaje luctuoso. No olvidar que su gobierno es de extracción panista-perredista, y el se llevaba “de cuates” con Don Agus, claro, como es sabido después aquel tormentoso inicio de labores de AAL,
a los asistentes se les hizo extraño que no acudiera el gobernador Miguel Angel Yunes Linares.
Como nos dijo por la mañana un priísta, ¿a qué voy, a verle la cara a Miguel?, acaso el neopanista pensaría lo mismo de los contrarios, bromeaban otros, antes del inicio.
Pero no, al final su representante personal el secretario de Educación y Cultura Enrique Pérez, aclararía a pregunta al unisono de la inteligente periodista Irene Arceo y de este reportero, que tuvo que atender la visita del Secretario de Salud Federal José Ramón Narro Robles.
Ante un auditorio en su mayoría de personajes de la época acostalagunista, la viuda, doña Esperanza Azcón, el representante del actual mandatario y los del ejército, la UV y Lorenzo Lazo Margáin, del ex gobernador Miguel Alemán Velasco, su hijo el afamado abogado Agustín Acosta Azcón dijo que a seis años de su muerte, se extraña su fortaleza, sentido de humor, su entrega al trabajo y su confianza jarocha en la vida.
Dio las gracias al gobierno panista-perredista por la oportunidad de recordarlo y expresó diversas consideraciones de la obra del Hombre de Paso de Ovejas.
Especialmente una anécdota del 18 de octubre de 1980 cuando la Gaceta Oficial del estado publicó el decreto que declaraba válidas las elecciones para gobernador para el periodo 1980-1986, firmando el decreto por el Poder Ejecutivo además del gobernador Rafael Hernández Ochoa y el secretario de Gobierno Emilio Gómez Vives, por el Legislativo el actual gobernante Miguel Angel Yunes.
“Menciono el dato-detalló Acosta Azcón- por razones más allá de lo evidente, porque al iniciar el gobierno de Acosta Lagunes, Xalapa y la clase política recibieron con algo o mucho de escepticismo al ex subsecretario de Hacienda, al economista, tecnócrata, al paisano que había dejado su tierra y que venía del altiplano.
“Se decía que Acosta Lagunes iba a chocar con don Rafael y con su equipo político y que no iba a poder entender las idiosincrasias de la clase política local.
“Al cabo de poco tiempo las nubes del escepticismo se disiparon., Acosta Lagunes demostró que no era solo un tecnócrata, sino un político enérgico y a la vez sensible.
“En el camino formó una amistad cordial y respetuosa con su antecesor don Rafael Hernández Ochoa, y también con uno de los jóvenes talentos del momento, con Miguel Angel Yunes.
“Ya gobernador, Agustín Acosta Lagunes y Miguel Angel Yunes cultivaron el diálogo inteligente y divertido de una buena amistad; en varias ocasiones fui convidado por ellos a compartir la mesa y escuchar y participar en sus conversaciones que siempre tenían como eje la situación de Veracruz. No por ello coincidieron en todo; sin embargo don Agustín y Miguel Angel mantuvieron siempre un canal de comunicación y franqueza. Sirvió también de enlace sensible y discreto en esa relación, José Luis Lagunes López, quien lamentablemente nos dejó recientemente, y a quien recuerdo en esta ocasión con afecto”.
Acosta Azcón dijo otras cosas muy interesantes dignas de compartir que habré de abordar en la próxima colaboración, aunque sí hay que precisar que a nombre de la familia entregó a esta casa museo del Lencero, “que ha sido testigo de la historia, de episodios amargos e intensos de la patria”, una carta histórica de su antiguo morador don Antonio López de Santana, para que sea agregada a su acervo histórico, “en presencia de un testigo distinguido el licenciado Enrique Pérez Rodríguez, secretario de Educación del estado y a quien pido transmita la propuesta de ensanchar el interés museográfico e histórico de esta casa museo”.
A su vez el representante oficial Enrique Pérez Rodríguez recordó que AAL falleció en abril del 2011 y que a partir de entonces se cerró la biografía del hombre público y regresó al consuelo familiar el recuerdo del ser humano.
Aseguró que Agustín Acosta Lagunes se colocó en la historia de nuestro Veracruz como un impulsor del arte y la cultura y un pulcro administrador de los recursos públicos, y bajo su gestión uno de sus afanes principales fue la conservación del patrimonio cultural de los veracruzanos.
Ahí, en medio del apacible ambiente de armonía que hoy se respira en ese museo que tanto veneró el homenajeado, estuvieron ya con las evidencias del paso del tiempo en sus cuerpos, familiares como don Florencio Acosta Lagunes, Rafael Acosta y amigos y ex colaboradores como Bernardo Silva, Leonor de la Millar, Felipe Amadeo Flores Espinosa, José Luis Salas Torres, la doctora Maura Ordóñez, directora del Museo de Antropología de Xalapa y representante de la Rectora de la UV Sara Ladrón de Guevara, la señora Pilar Collado, que preside el patronato de la Hacienda del Lencero, Jorge Neri Morales, Rafael Fernández de Lara, Jorge Cardoso, Melitón Morales Domínguez, Valentin Casas Cortes, Alejandro Hernández Gallardo, Manuel Fernández Avila y el ingeniero José Antonio Marquínez Moraza,, entre otros.
Tenga el lector un fin de semana de armonía y paz.
gustavocadenamathey@nullhotmail.com