“No, mi joven amigo, no se puede empezar desde el 10, debemos inciar con el 1, despues el 2 y seguido el 3, 4, 5 y así hasta llegar al 10. Cada cosa en su momento y en su lugar”. Así me decía el Profr. Rafael Arriola Molina, excelente orador pero malogrado Senador de la República electo, al que no le permitió llegar el Presidente Luis Echeverría Álvarez por haber hecho declaraciones poco comunes en la época y con avasalladoras consecuencias. En ese momento, él sugirió que Don Juan Maldonado Pereda siendo su suplente, subiera a ocupar el escaño, sin embargo el joven político en congruencia con su amigo, no aceptó, y fue ese periodo que no se tuvo Senador por Veracruz. Un hombre sabio sin duda, sus amenas pláticas eran enseñanza pura. Era un gran conversador. Nos reuniamos un grupo de jóvenes oradores en torno a su mesa, para platicar, escuchar y ser escuchados. Ahí vimos a Miguel Alemán Velazco, Patricio Chirinos Calero, Don Fernando Gutiérrez Barrios, y vimos un día la visita de Carlos Salinas de Gortari, entre muchos grandes políticos, en especial hicimos una gran amistad con el Maestro Marcelo Ramírez Ramírez, Director del IVEC.
Cada instante fue de reflexión sobre política, cultura, arte, ciencia y literatura, siendo uno de los temas más recurrentes “Las reglas no escritas en la política” a las que él, quien fue íntimo amigo del Presidente Miguel Alemán Valdes y Manuel Ávila Camacho, sabia perfectamente como se construyeron las reglas y se respetaban para la subsistencia y sobrevivencia de la clase política.
“La forma es fondo”, fue la esencia del Profr. Jesús Reyes Heroles, lo que representa la formalidad de la disciplina y protocolo, para asentar principios y fortelecer acuerdos. Los acuerdos son para cumplirse, la palabra se cumple, se puede rectificar, siempre y cuando las partes estén conformes, si no es así, entonces es abuso o traición. Las partes que acuerdan un objetivo común, ponen de por medio el compromiso de hacer o dar lo que les corresponde para lograr el propósito en común. Cuando una de las partes cambia las bases del acuerdo, entonces el acuerdo mismo se desvanece y se queda en total libertad de seguir intentando más acuerdos o de forma definitiva, romper relaciones.
El Profr. Arriola afirmó que las “Reglas no escritas” siempre han existido pero para nuestro país se forjaron con hierro en el periódo de Lázaro Cárdenas del Río al haber dado por terminado al Maximato de Plutarco Elías Calles. Precisamente cuando inician los periodos sexenales, dejando asentado que ya no se permitiría la manipulación de un “Jefe máximo de la revolución” que ahora el Presidente de la República en turno definiría planes y programas, posiciones y estrategias y sobre todo las formas de gobernar, y que el presidente anterior, no debía inmiscuirse para nada y así conservar su lugar de “Ex” y olvidarse del poder que llegó a tener.
De ahí que el poder se forma en el marco constitucional con las atribuciones legales que le concede la carta magna y se reduce a la ejecución de la administración pública y en el manejo político de las instituciones y los hombres. La primer regla se dejó muy clara, “El gobernante saliente no deberá intervenir, ni opinar y mucho menos querer imponer subordinados a la nueva administración, el solo intentarlo se haría acreedor de un señalamiento, hasta de una confrontación”. Y así se hizo hasta hace poco, por otro lado en la distribución del poder, era claro que no habría un desplazamiento de todos, había negociaciones y se incluían a personas que hayan servido bien, sin embargo el solo hecho de haber sido distantes del gobernante en turno, era suficiente para considerar su renuncia al cargo y dejar que llegaran los que les correspondía con el nuevo grupo.
“El destape”, regla de selección por las fuerzas vivas, las que residian en una sola persona, hasta el último momento del 2000, hubo destapes, el último con Labastida y con ello se cierra un ciclo de reglas que debieron modificarse.
“El que pregunta no se equivoca”, representa una justa acción de saber preguntar a tiempo y no querer adivinar la voluntad del gobernante, siempre es bueno consultar para reafirmar las intrucciones y los deberes. Así lograban su sobrevivencia.
Don Fernando Gutiérrez Barrios, caballero de la política decía: “La política es un estado de reglas y disciplina, no da pauta a la improvisación”. Las reglas son para respetarse y con ellas trascender en la vida social y política. En las decisiones para saber quien debe ser el candidato o candidata a gobernador, la regla no escrita es que el gran elector, siempre ha sido el Presidente de la República.
Ahora que nuevamente hay Presidente priísta, se considera que será el gran elector en el 2018, sin embargo las condiciones son diferentes, la sociedad está más despierta y actúa, las redes sociales son el quinto poder. Y no tiene absoluta libertad para decidir, solo quienes tengan la legitimidad del apoyo popular y el respeto a su trayectoria, alejada de la corrupción, se distinguirá como el elegido o elegida.
Observo que en pleno proceso electoral municipal en Veracruz, se destapa nuevamente, el Senador Héctor Yunes, dándole más importancia a su proyecto personal que al de los 212 candidatos municipales. Su deber es darle su lugar a cada candidato de su partido y apoyarle como priísta, lamentablemente ahora al acudir a sus respectivos actos proselitistas de campañas electorales, ya no va un Senador de la República en apoyo a sus compañeros militantes, VA UN PRECANDIDATO A GOBERNADOR PARA HACER PROSELITISMO PROPIO.
Con su destape anticipado, aunque ya se sabía de sus intenciones desde el siguiente día de haber perdido la eleccción, no lo había hecho manifiesto en declaración directa como el domingo 7 de mayo de 2017. Su sola presencia es un acto de proselitismo propio y personal, siendo su interés principal ser candidato a gobernador, lo que sin duda, sus adversarios lo considerarán “Acto anticipado de campaña”, aunque acompañe a los candidatos a ediles. El haberse destapado lo posiciona como precandidato y no solo como militante en apoyo porselitista.
Por otro lado nos llama la atención lo que escribe de los acuerdos que estableció con el Senador de la República, Pepe Yunes, acuerdos que ellos dos lo saben exclusivamente. Hay que darle tiempo al tiempo, primero las municipales e inemdiatamente despues, la de gobernador, evaluando la percepción social de su partido y de ahí si, partir con todo.
Mi humilde opinión es que Pepe Yunes, es más reflexivo, sereno y firme en sus convicciones, así como lo fue Don Adolfo Ruiz Cortínes quien afirmó “Que su palabra debe ser bien pensada, consensuada y reflexionada, para que cuando le corresponda decirla, sea la útima palabra en decirse”, así veo a Pepe Yunes, porque trabaja, recorre Veracruz, con sencillez y humildad y da tiempo al tiempo actuando, sin duda el tendrá la última palabra.
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