La respuesta al gran ciberataque que afectó a más de 150 países, y del que Rusia se desmarcó señalando a Estados Unidos, logró frenar este lunes el caos que se temía con la vuelta al trabajo.
«Esto no tiene nada que ver con Rusia», dijo en Pekín el presidente ruso Vladimir Putin. «Microsoft lo dijo directamente, que la fuente del virus eran los servicios de inteligencia de Estados Unidos», añadió.
«El año pasado, propusimos a nuestros socios estadunidenses trabajar juntos sobre temas de cibersegurdiad, e incluso cerrar acuerdos intergubernamentales apropiados al respecto, pero nuestra propuesta fue rechazada» dijo el presidente ruso.
Ahora que «nos damos cuenta que un genio salido de su botella (…) puede revolverse contra sus genitores…es necesario que el tema se trate inmediatamente a un nivel político serio», añadió Putin.
Putin aludía a un artículo publicado el domingo por el presidente y director jurídico de Microsoft, Brad Smith, en el que se hacía eco de la acusación de que el ataque se produjo porque la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos desarrolló una manera de penetrar en en los sistemas operativos Windows que acabó en manos de los piratas, con la filtración de documentos de la agencia.
«Un escenario equivalente con armas convencionales sería que al Ejército estadunidense le roben algunos de sus misiles Tomahawk», escribió Smith. El virus ransomware (de ransom, rescate en inglés, y ware por software, programa informático en inglés), bautizado Wannacry, bloqueó archivos de los usuarios y les pedía una suma de dinero en bitcoins, la moneda virtual, difícil de rastrear, para recuperar el acceso.
El ataque afectó a cientos de miles de ordenadores, desde China a Europa, pero parecía contenido.
«El número de víctimas parece no haber aumentado y la situación aparece estable en Europa», dijo a la AFP el portavoz de Europol, Jan Op Gen Oorth, explicando que muchos sistemas informáticos fueron actualizados este fin de semana para afrontar la amenaza.
«Es un poco pronto aún para decir quién está detrás de todo esto, pero estamos trabajando en una herramienta de descodificación» de los ficheros infectados por el virus, añadió.
España fue uno de los primeros países el viernes en notificar el ataque, que afectó a grandes empresas como Telefónica. Este lunes, el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), explicó que, en total, hubo «mil 200 infecciones confirmadas de dos de las variantes del virus WannaCrypt desde que se inició el ataque».
Temores centrados en Asia
El temor se centraba este lunes particularmente en Asia, donde el viernes, a la hora en que se produjo el ataque, la actividad económica de la jornada había ya acabado.
Así, se pudo comprobar que «cientos de miles» de ordenadores chinos, en 30 mil instituciones, entre ellas ministerios, hospitales, universidades, y cajeros automáticos, habían sido infectados por el virus, informó el domingo por la noche la empresa de seguridad informática china Qihoo 360.
En Japón, el conglomerado Hitachi señaló por su parte que sus redes informáticas se habían vuelto «inestables», lo que perturbaba el funcionamiento de sus mensajerías electrónicas pero sin afectar a la producción, explicó un portavoz del grupo que pidió anonimato.