La llegada de Zaida Lladó a la Presidencia de la Fundación Colosio en el estado es propicia, en principio, para desearle éxito en esta nueva encomienda y para reflexionar sobre qué está haciendo el PRI para contrarrestar el avance del populismo autoritario que representa López Obrador.
Cuando el PRI hizo a un lado los estudios económicos, políticos y sociales y su divulgación, que se generaba a través del antiguo IEPES, abuelo de la Fundación Siglo XXI y bisabuelo de la Fundación Colosio, y de la Secretaría de Divulgación Ideológica, ahora inexistente, dejó abierta la puerta para que los ciudadanos se engancharan en la “ideología” del populismo, de ese que se manifiesta en contra de todo y a favor de nada, inspirado en las teorías de la conspiración, que sostiene que todo lo que se hace desde los gobiernos Priistas y desde el mismo PRI está orquestado para perjudicar al pueblo y a quien lo representa, en este caso el caudillo, el líder populista que se erige como único representante de las aspiraciones y anhelos del pueblo.
Tan descuidado está el tema ideológico en el PRI que hoy resulta muy difícil ubicar dónde transita el partido en ese aspecto: ¿es un partido de Centro?, ¿de Centro-Izquierda?, ¿Liberal?, ¿Socialista? O qué principios ideológicos lo sustentan, enarbola y defiende.
Abierta como está, decía, la puerta al populismo, hoy en día no es extraño que hasta personas que aparentaban ser serias e instruidas, hoy recurran a un discurso en contra de las Instituciones, como es el caso de Ricardo Anaya, Presidente del PAN que está llamando a la resistencia y a la sedición en Coahuila, con el argumento de “La Mafia del Poder, nos robó la elección”, hasta hoy exclusivo de AMLO. Quien lo patentó hace algunos años y lo esgrime en cada ocasión que pierde una elección, que son todas, de ese tamaño es la confusión que la falta de argumentos crea entre la población.
Como lo comentaba en esta columna hace algunas semanas cuando hablaba del “Socialismo del Siglo XXI”, los intelectuales e ideólogos del populismo-socialista, están dando la batalla en el terreno ideológico a través de las redes sociales y de gobiernos populistas-autoritarios, y están ganando la partida en algunos países,(V.g. Venezuela, Nicaragua y Bolivia). México, nuestro país, está a solo un paso de convertirse en el siguiente ejemplo de lo que sostengo, pues el discurso populista está posicionado ampliamente en redes sociales y parece irreversible la tendencia ciudadana que opta por seguir ciegamente todo lo que posiciona al populismo en ese medio.
Es por ello que, antes de enfrentar al populismo, en su terreno, tratando de combatir sus argumentos, quienes creemos en el liberalismo, en la libre competencia y en el desarrollo de la capacidad emprendedora de los mexicanos, debemos dar la batalla ideológica a través de los organismos especializados como la Fundación Colosio, difundiendo las bondades de participar del libre mercado, de apoyar a los emprendedores, creando las condiciones necesarias para incentivar las inversiones, que crean empleos estables y bien remunerados, difundiendo estudios comparativos entre los países que han abrazado el populismo socialista y los países liberales y en este contexto difundir quienes son los que presentan un mayor desarrollo y dónde los ciudadanos gozan de mayor estabilidad laboral y económica, la batalla debemos darla los que creemos en un partido con una ideología de corte Liberal en lo económico y Socialista en su visión hacia la sociedad (en este último aspecto no olvidemos el IMSS, el INFONAVIT, el Programa Nacional de Solidaridad y la Reforma Agraria).
Para empezar el partido debe definir claramente su posición ideológica: y una vez dado lo anterior, dar la batalla cultural por todos los medios posibles, arrebatando a los populistas la supremacía que han alcanzado ante la ausencia de argumentos del PRI, entrampado como está, en un pragmatismo intolerable que ha permitido que personas sin ideología y venidos de quién sabe dónde, lo dirijan y hasta sean sus candidatos (V.g. Duarte, Borges, etc).
En ese sentido es Loable la postura de Enrique Ochoa Reza que, como el colibrí que él solo mojando sus alitas y volando hacia el incendio pretendía salvar el bosque, es al único priista que le he escuchado de manera reiterada que hay que cerrarle el paso al populismo autoritario de López Obrador, pues la única forma de posicionar una idea es repetirla incansablemente.