La falta de honestidad en las decisiones que ha caracterizado a los priistas en lo últimos años y en su historia, no permite una auténtica valoración de sus rapaces actitudes, misma que los está llevando a la tumba política y es que nadie quiere reconocer sus errores catalogados como garrafales dentro de este instituto político, así que la asamblea estatal priista no sucedió nada que asombrara, se tornó una reunión monótona y párale de contar.
Me pregunto ¿En el PRI realmente quieren salvar el barco o lo tratan de hundir más?
Muchos de los que asistieron esperaban algún acto de honestidad para iniciar la asamblea por parte del Presidente del Comité Directivo Estatal, Renato Alarcón y de la delegada Lorena Martínez, donde reconocieran su error del pasado 4 de junio y pusieran sobre la mesa sus respectivas renuncias, aunque fuera para taparle el ojo macho.
“Tenemos que encontrar de nuevo el rumbo de nuestro instituto político, el cual es un partido maduro, que sabe enfrentar la adversidad, pero sobre todo, un partido consciente de su responsabilidad con el futuro de Veracruz”, dijo textualmente el dirigente, pero que discrepa de sus acciones en este 4 de junio al haber entregado las candidaturas a los presidentes municipales y al haber sido participe con su omisión de los juegos de intereses económicos y políticos en muchos lugares.
O porque no hablar del cambio de las dirigencias en los sectores como el de la CNOP con Erika Ayala, el cual urge, porque es un sector con organizaciones y estructuras y algunas de ellas se fueron con PAN-PRD y Morena, pero nunca con el PRI.
No se habló de la renovación de los comités municipales que ya vencieron y todo se limitó al mismo rollo, al levantamiento de mano y pareciera que llegaban a una fiesta, cuando se carecía del pastel con sabor a victoria.
Eso sí se pasearon todos. Presidentes municipales perdelones que no demostraron su poder político en su pueblo o ciudad; diputados que en campaña nunca se pararon en las labores de proselitismo..
Por supuesto que también estuvieron los aspirantes a cargos populares para el siguiente año, como Anilu Ingram, quien parece ser tiene la bendición para la candidatura al senado desde la Secretaria de Gobernación, que de contender y ganar sería una carrera muy vertiginosa, pues solo ha sido diputada local.
El contexto de la asamblea estatal fue puro simulacro, con adulaciones al gran trabajo de la dirigencia y delegada en el pasado proceso por parte del Secretario de Organización del Comité Nacional, Carlos Iriarte Mercado, y eso no ayuda en nada a lo más importante que se avecina en Veracruz aparte de la presidencia, la gubernatura y al único aspirante con todas las posibilidades de ganar que es José Francisco Yunes Zorrilla.
Los que asistieron a la reunión comentaron que la permanencia de Renato Alarcón, es terquedad de Héctor Yunes Landa, al igual que ya maneja una de sus supuestas cartas en la CNOP, por si corren a Erika Ayala.
A la asamblea acudieron mucho del acostumbrado relleno, incluso varios anduvieron con otros partidos en el pasado proceso electoral; lo mismo los ganadores que perdedores y los mismos cartuchos quemados de siempre que quieren seguir enquistados en el poder.
Todo se preparó igual que siempre y seguimos en la premisa aquella de que el PRI no va a cambiar, necesitaría caer aún más y como el enfermo alcohólico tocar el fondo necesario, para ver si se levanta o muere… ¿Es necesario llegar a eso?.
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