Aunque no suele tomarse vacaciones, el papa Francisco suspenderá todas sus actividades y audiencias públicas durante el mes de julio, en coincidencia con el verano europeo.
Según informó la sala de prensa del Vaticano, hasta fin de mes quedan suspendidas las audiencias generales de los miércoles, cita semanal del pontífice con miles de feligreses de todo el mundo, y serán retomadas en agosto en el Aula Pablo VI.
La única actividad pública programada será la bendición con el Ángelus, la oración mariana que pronuncia Jorge Mario Bergoglio cada domingo al mediodía, asomado a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico.
También se cancelaron las misas privadas, que cada mañana celebra el líder católico para grupos limitados de fieles en la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta. Estas retornarán apenas a mediados de septiembre.
Desde el inicio de su pontificado, el Papa se negó a dejar el Vaticano durante los meses de más calor en Roma, a diferencia de sus predecesores que en julio y agosto se trasladaban a la residencia estiva pontificia ubicada en Castel Gandolfo, ubicada a 25 kilómetros al sur de la ciudad.
En cambio, Francisco ordenó convertir en un museo a esa histórica hacienda de 55 hectáreas, ubicada en una colina entre el Mar Mediterráneo y el Lago de Albano.
En años anteriores, el Papa argentino llegó a sorprender saliendo al improviso del Vaticano en las semanas de calor para realizar compras o cumplir algunas visitas pastorales.
No se puede descartar que decida repetir la experiencia.