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EFE

La estadounidense Venus Williams, de 37 años, será el sábado el último obstáculo de la española Garbiñe Muguruza en su objetivo de lograr el título en Wimbledon, algo que Serena, hermana pequeña de Venus, le impidió hace dos temporadas.

Garbiñe mantuvo el nivel de juego que ha exhibido desde que pisó el All England Club este año para vencer a la eslovaca Magdalena Rybarikova por 6-1 y 6-1 en 64 minutos, y alcanzar por segunda vez la final en el All England Club.

En su tercera final del Grand Slam (subcampeona en Wimbledon 2015 y ganadora en Roland Garros 2016), Garbiñe tendrá como hace dos años, un nuevo reto en el apellido Williams, porque Venus, la hermana mayor de la saga, derrotó a la británica Johana Konta, por 6-4 y 6-2 para alcanzar por novena vez la final.

Con su triunfo de este jueves, Muguruza se colocará ya octava del mundo el lunes. Y si gana el sábado será cuarta. Venus tiene asegurado regresar como la española al ‘top ten’ y colocarse entre las cinco primeras si gana el título.

Curiosamente, hace dos años, en la entrega de trofeos, Serena auguró a Garbiñe que pronto ganaría este torneo. “Me dijo que algún día lo ganaría. Que me veía con posibilidades, que había hecho un torneo fantástico y que pronto me vería levantando ese trofeo”, relató la española.

Garbiñe saltó a la pista central con un vendaje en el muslo izquierdo, pero lejos de mostrar problemas físicos, completó un partido lleno de agresividad demostrando que ante la potencia de sus golpes, el tenis sutil de Rybarikova, la primera eslovaca en alcanzar las semifinales de Wimbledon, poco daño iba a hacer.

Dos grandes zarpazos de la española, ganando cinco juegos consecutivos en cada uno de ellos marcaron esta semifinal, de tan solo algo más de una hora de lucha.

Muguruza salió convencida desde el principio que el partido iba a ser suyo, a pesar de que “Magda” le había vencido en Birmingham hace dos años, en el único enfrentamiento sobre hierba.

La eslovaca, verdugo de la checa Karolina Pliskova en la segunda ronda este año, estuvo demasiado dubitativa, acertando en pocas ocasiones con su juego de ataque, y sin saber que hacer para detener el vendaval de golpes que le llegaba desde enfrente.

Ni sus hirientes dejadas, ni el revés cortado que ha hecho estragos este año, pudieron detener a Garbiñe. La española jugó como las grandes campeonas de Wimbledon. Eligió bien los tiros, subió a la red en cuanto tuvo ocasión (19 puntos ganados de 25), hizo 22 ganadores, y conservó su servicio durante todo el encuentro, anulando una oportunidad en el primer set, y salvando el segundo sin mácula.

La clave era poner tierra de por medio inmediatamente, y Garbiñe lo consiguió de inmediato. A los 21 minutos, cuando ya mandaba claramente por 4-0 en el primer parcial, Rybarikova tuvo su única ocasión para robar el saque de Garbiñe, que no solo la anuló, sino que además cerró el juego con unos de sus tres “aces” después.

La eslovaca necesitó 26 minutos para ganar el único juego de saque que logró en ese parcial (5-1). Luego, Muguruza volvió al ataque, restando a los pies, moviendo a “Magda” con acierto, desesperándola en la red, sin bajar la guardia, en un ataque constante y con pocas fisuras.

La cara de Conchita Martínez en el palco, lo decía todo. Tranquila y más relajada que en otros encuentros, la oscense, única española que por el momento ha ganado este torneo (1994), disfrutaba del espectáculo de su pupila.

El segundo set corrió por los mismos derroteros. Garbiñe se colocó de nuevo con 4-0, y se limitó a pegar y pegar, inquietando a su rival, que desdibujada, descontrolada y sin esperanzas entregó el partido a la segunda oportunidad.

En la otra semifinal, Konta esperaba convertirse en la primera británica en alcanzar la última ronda de Wimbledon desde 1977, pero cayó ante la experiencia de Venus. Su recompensa será entrar en el grupo de las cinco primeras el lunes también.

Venus ganó su primer título de Wimbledon en 2000 y el último en 2008, y a sus 37 años sigue compitiendo con la misma fe y entrega de entonces. “He disputado un montón de finales aquí. Una victoria más sería increíble. Lo voy a dar todo”, dijo después de ganar en 63 minutos, dos menos de los que necesitó Muguruza ante Rybarikova.

Venus basó su victoria en mantener su servicio (salvó sus dos puntos de rotura) y restar con inteligencia (rompió tres veces a su rival de ocho ocasiones), pero su experiencia disputando su Wimbledon número 20 fue crucial.

“El público estuvo muy amable conmigo”, dijo Venus, “fue justo. Se que aman a Jo. y creo que ella ha manejado bien la presión”, comentó. “Ningún punto fue fácil. Yo lo que intenté es dominar y ganar todos. Salté a la pista súper confiada”, añadió la jugadora que ya ha igualado con su compatriota Martina Navratilova, finalista en 1994, que también luchó por el título aquel año con 37 años.

Konta llegó a salvar dos bolas de partido con su servicio en el último juego del partido. Pero a la siguiente oportunidad, Venus sentenció con un formidable paralelo de derecha.

Será el cuarto enfrentamiento Venus Williams y Garbiñe Muguruza y el primero sobre hierba. Venus ha ganado los tres primeros en pista dura, en Florianopolis (2013) y Auckland (2014), y Wuhan (2015). Garbiñe se impuso en el último de ellos en Roma este año, en tierra batida, por 6-3, 3-6 y 6-2.