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Presencia.mx

En los cuatro ejercicios fiscales de la administración que encabeza Daniel Martínez González no se invirtió ningún peso en el área de caminos rurales así como de infraestructura productiva rural, revelaron los datos del Sistema de Consulta de Obras y Acciones Municipales de Veracruz (SIMVER).

Si bien el municipio de Agua Dulce está conformado por al menos 15 áreas rurales, entre ejidos y colonias agrícolas, además de otras pequeñas comunidades y localidades repartidas en el espacio geográfico de esta demarcación, el Ayuntamiento mostró nulo interés en los habitantes de estos lugares al no realizaron proyectos de mejoramiento de los caminos.

Prácticamente todos los ejidos cuentan con problemas de infraestructura vial, lo cual impacta en su calidad de vida, pues no todos los servicios pueden llegar a sus comunidades, además de que las salida de estos puntos resulta un verdadero ‘viacrusis’ para los pobladores.

Esta problemática se observa sobre todo cuando algún habitante de estas zonas rurales sufre alguna lesión o padece una enfermedad, pues tiene que ser sacado de forma rudimentaria —en sábanas o hamacas— por sus familiares y ser llevado cargando hasta alguna carretera estatal o federal, pues dentro de los ejidos el transporte público es escaso y caro, debido a las pésimas condiciones de los caminos.

Durante la época de lluvias algunas comunidades también quedan prácticamente incomunicadas, pues las vías son de terracería y en ocasiones se registran deslaves profundos que comprometen la seguridad de quienes transitan por ahí.

Los ejidos más afectados por estas condiciones son Los Soldados, Cuauhtémoc, Díaz Ordaz, Miguel Alemán, Mario Hernández Posadas, Los Manantiales, El Corozal, La Arena y El Granero, los cuales están ubicados a más de 15 kilómetros de la cabecera municipal, entre la carretera federal 180 y en los límites con Las Choapas.

Para la actual administración los miles de habitantes repartidos en estas comunidades han sido prácticamente inexistentes lo cual se refleja en la falta de inversión en el área, de modo que los los pobladores cada día deben enfrentarse a numerosas adversidades por salir de sus ejidos.

Mientras que en cuatro años no hubo registro de erogación de recursos públicos en el mejoramiento de los caminos rurales, sí se detectaron severas anomalías como el pago de más de 20 mil pesos quincenales a la cuñada del alcalde; la construcción de un “monumento” frente a la tienda “Mi Bodega Aurrerá”, conocido como “el arco del triunfo”, por medio millón de pesos; y decenas de millones de pesos en obras eléctricas que, hasta el momento, no funcionan por falta de licitación ante las instancias correspondientes.