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EFE

El equipo «Pumas» del Laboratorio de Biorrobótica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y su creación, Justina, lograron en Nagoya, Japón, el premio al Mejor Sistema de Reconocimiento de Voz y Comprensión del Lenguaje Natural, informó la institución educativa.

Asimismo, el robot desarrollada por universitarios dirigidos por Jesús Savagesuperó a sus adversarios japoneses y chinos y obtuvo el cuarto sitio general del certamen RoboCup Major@Home, solo por detrás de contendientes provenientes de universidades de Alemania y Países Bajos, señaló hoy la UNAM en un boletín.

Competimos en la categoría Major, para estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado, y estuvimos muy cerca de obtener un mejor lugar, pero nos falló una prueba de la segunda etapa», explicó Savage.

No obstante, «Pumas» y Justina recibieron el galardón al Mejor Sistema de Reconocimiento de Voz y Comprensión del Lenguaje Natural en la categoría At Home.

La prueba se llama «Robot de Servicio de Propósito General» y en ella la máquina va a una habitación y busca a una persona para interactuar con ella, entre otras tareas.

A Nagoya acudieron 14 integrantes del equipo y compitieron con universidades de China, Japón, Alemania, Países Bajos, Canadá, Australia y Estados Unidos.

El objetivo de Savage y sus alumnos es tratar de mejorar varias capacidades de Justina, como reconocer a personas y gestos desde mayor distancia. «Es la prueba en la que fallamos, porque ella no reconoció de manera óptima que le estuvieran haciendo una seña, moviendo la mano, algo trivial quizá», indicó el investigador.

Por lo pronto, el robot no saldrá en lo que resta de 2017 del Edificio T de la Facultad de Ingeniería, sino hasta el verano de 2018, cuando emprenda un nuevo reto en la RoboCup a celebrarse en Montreal, Canadá.

La de Nagoya fue la quinta RoboCup consecutiva de Justina, y la número 11 para el equipo «Pumas».

El solo hecho de participar nos da satisfacción. Ahora lo que sigue es estabilizar al personal que nos ayuda en la programación, pues por lo regular quienes participan son estudiantes, como parte de sus tesis», apuntó Savage.

El problema añadió, «es que tienen que graduarse y trabajar de forma voluntaria, así que pedirles todo un año de preparación es complicado, pero se han comprometido».

Algo que impresionó a los universitarios en Nagoya es que cuando viajaban a la sede del evento en un tren elevado, vieron gran cantidad de fábricas.

Se nota que la riqueza está en la producción, que aquí no tenemos; en nuestro país nos falta lo que le llaman ‘la última milla’, es decir, pasar de los prototipos a la producción», concluyó.