Una colección de cinco sahumadores y parte de un brasero tipo azteca, que en la época prehispánica se pudieron utilizar en ceremonias rituales, fue restaurada por profesores y alumnos de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Las piezas se recuperaron durante un salvamento arqueológico realizado en el centro de Cuautitlán, Estado de México, en mayo de 2016, informó en un comunicado el Instituto.
Fue en la calle de Tranquilino Salgado donde se encontraron 16 sahumadores completos junto con otros 15 fragmentados; los objetos rituales estaban acomodados unos sobre otros en tres capas, a modo de ofrenda.
De acuerdo con el arqueólogo Francisco Antonio Osorio Dávila, responsable del salvamento, los alumnos de la ENCRyM, supervisados por las profesoras Quetzalli Paleo González, María de los Ángeles Hernández Cardona y Montserrat Salinas Rodrigo, intervinieron las piezas que se remontan del periodo Posclásico Tardío (1350–1519 d.C.).
Quetzalli Paleo González, profesora del Seminario Taller de Cerámica de la ENCRyM, recordó que los sahumadores, pintados en tonalidades rojo, negro y azul, así como el brasero, llegaron en un estado de conservación “medianamente bueno”.
“Las piezas tienen ornamentos poscocción variados, hechos con compuestos a base de cal y pigmentos minerales (hematita, añil, cal) o realizados con tierra de diatomeas (roca sedimentaria silícea formada por microfósiles de algas marinas unicelulares), por lo que es sorprendente que se hayan conservado durante tantos años”.
Sin embargo, afirmó que su preservación se debió al contexto en el que se encontraron, porque otros hallados en el Templo Mayor perdieron sus motivos por el lugar inundado en que se encontraban.
La restauradora resaltó que estos objetos se han encontrado en diferentes contextos arqueológicos como Tlatelolco y Templo Mayor, pero los de Cuautitlán destacan por la belleza de su decoración.
“En el seminario taller trabajan las piezas de forma integral: investigan sus contextos histórico y arqueológico, y con la asesoría de varios profesores realizan la identificación de materiales y técnica de manufactura, hasta llegar a una propuesta de intervención”, comentó sobre el trabajo de los alumnos de segundo semestre de la carrera.
De esta manera, en las seis piezas que conforman la colección se hizo limpieza mecánica y mixta, después se realizó la unión de fragmentos, reposiciones, resanes y reintegración cromática para dar una unidad visual.
Como parte de la intervención realizada por los alumnos, reprodujeron las piezas para conocer a detalle la técnica de factura, con lo que concluyeron que se elaboraron en tres partes: cacerola, mango y remate zoomorfo.
Los sahumadores se usaban en diferentes ceremonias rituales, como la ascensión de un gobernante, el cambio del calendario agrícola, en el inicio o cierre del ciclo de 52 años o para la ampliación de algún edificio.
Además de los sahumadores, se descubrió el fragmento de brasero policromado (40 por ciento del total), el cual servía para quemar copal y purificar las edificaciones, así como también se decoró después de haber sido cocido, aún mantiene tonalidades azul maya, rojo, blanco y negro.
Cuando finalice la intervención, las piezas serán llevadas al Centro INAH Estado de México.