Datos del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) revelan que la lengua zoque-ayapaneco se encuentra entre las 10 de 64 variantes lingüísticas que están en muy alto riesgo de desaparecer en México.
La lengua está en una «situación crítica» porque cuenta con 15 hablantes, todos ellos son de la tercera edad, según el Atlas de las Lenguas del Mundo en Peligro de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Con datos actualizados hasta junio de 2017, indicó el organismo internacional, algunos de los hablantes están localizados en Ayapa, una comunidad del municipio de Jalpa de Méndez, en Tabasco, con una población de casi seis mil personas.
Hace algunos años, recordó Elizabeth Segovia Sogovia, decían que solo quedaban dos personas hablantes de zoque-ayapaneco –Manuel Segovia e Isidro Velázquez– en esa pequeña localidad y los dos estaban peleados, sin embargo, la historia resultó falsa.
La joven comentó que en Ayapa están identificados a cuatro varones de la tercera edad: Manuel Segovia Jiménez, Cirilo Velázquez Méndez, Isidro Velázquez Méndez y Manuel Segovia Segovia.
Ellos son quienes guardan todavía las últimas huellas de dicha lengua, perteneciente a la familia mixe-zoque, y están conscientes del enorme reto que tienen por transmitir las ideas, creencias y cultura de la misma. La falta de transmisión generacional de la lengua es uno de los factores que ha contribuido al riesgo de su declive, apuntó la nieta de Manuel Segovia Jiménez, quien puntualizó que hay además una nula enseñanza en los centros de educación.
Señaló que el número reducido de hablantes es porque también hay temor por sufrir de algún acto de discriminación, al expresarse en su lengua materna fuera de sus comunidades. «Cuando una persona domina una lengua y no puede hablarla o compartirla con alguien más, decimos que es una lengua que está muriendo», argumentó la especialista del Laboratorio de Lengua y Cultura del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), Frida Villavicencio Zarza.
La investigadora mencionó que de esta lengua poco se conoce por la falta de estudios y la escasa existencia de materiales escritos o testimonios para recopilar las expresiones y vocabulario al respecto. Lucha por la enseñanza Preocupada por esa situación, Elizabeth, una psicóloga de 29 años de edad, se fijó el objetivo de aprender la lengua zoque-ayapaneco y, al mismo tiempo, apoyar en su recuperación mediante la impartición de talleres.
Cada sábado, de 10:00 a 12:00 horas, la casa del señor Manuel Segovia abre sus puertas a varios niños para enseñarles la lengua indígena a través de múltiples actividades lúdicas. «De esta manera buscamos preservarla», subrayó la joven.
Precisó que el proyecto inició hace cinco años con apoyo del Inali y el comité que imparte la enseñanza está también integrado por los cuatro hablantes y José Manuel, hijo de Manuel Segovia, y remarcó que hoy en día se cuenta con una lista de palabras, saludos, números y colores, entre otras herramientas.
Al principio habían más de 50 niños que asistían al curso y, desafortunadamente, hoy solo quedan más de 20. «Ellos han mostrado su interés por aprender la lengua, le echan muchas ganas e incluso ya sostienen una conversación pequeña», resalta. Segovia Sogovia enfatizó que estos pequeños tienen conocimiento del estatus actual del idioma y, por ello, trabajan cada sábado para ser «la generación interesada en mantener vivía la lengua zoque-ayapaneco».
Compartió que el curso les ha permitido comenzar a elaborar un diccionario con las principales palabras de la lengua y realizar registros digitales, tanto de audio como video, a partir de las conversaciones de los cuatro hablantes.
Al estar enfocada en la escritura, Elizabeth adelantó que el próximo año planea recopilar algunos de los cuentos y poemas que saben los señores Manuel, Cirilo, Isidro y Manuel.»Deseo que más adelante sean utilizados para los mismos fines», acotó.
Patrimonio intangible, responsabilidad de todos En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, a celebrarse este 9 de agosto, la doctora Villavicencio Zarza comentó que enseñar a los niños es la única manera de reactiva esa lengua indígena de México.
Reconoció el esfuerzo realizado en Ayapa para tener documentación lingüística, pues -aseguró- será de mucha utilidad para saber con qué otro idioma estaba emparentada o cómo está estructurada la lengua zoque-ayapaneco.
Al cuestionarla sobre qué reflexión debe dejar esta experiencia, la investigadora argumentó que «debe ser el último botón de muestra porque hemos perdido muchísimas lenguas desde el Siglo XIX y la primera mitad del Siglo XX».
«Son cientos de lenguas que hemos perdido y la tendencia es que seguirán cayendo en desuso, incluso aquellas como el náhuatl o el maya, porque no están siendo útiles para los jóvenes», lamentó. La investigadora del Ciesas consideró que es necesario tener una política lingüística de Estado muy clara y una voluntad de todas las personas.
Cifras de la Encuesta Intercensal 2015, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indican que 7.2 millones de mexicanos hablan una lengua indígena y casi 25.7 millones (21.5 por ciento de la población nacional) se identifican como indígenas.