*Del gran Mohamed Alí: “Soy tan rápido que cuando apago la luz me meto en la cama antes de que todo el cuarto esté a oscuras”. Camelot.

UNA DEL CANELO

Suelo ver box (Bax, dice Stallone), casi desde que George Parnassus era el Don King de aquellos años, promotor incansable, aquel griego que llegó de joven (19 años) por la Isla Ellis, donde llegaban todos, para trabajar de mesero y lava platos y luego, por esas cosas del destino, ser el manager protector de boxeadores mexicanos, pues la vida te lleva por caminos insospechados. Sucede que donde trabajó de lavaplatos, fue en un restaurante que se encontraba frente a un gimnasio, en Los Ángeles, California, luego se hizo de él. Allí comenzó a fiar comida a los boxeadores pobres, reclutó a algunos y se hizo promotor hasta llegar a la cumbre. En aquellos años, en el Olimpic Auditorium, realizó las peleas de Rubén Olivares contra Chucho Castillo, década de los 70s, Ultiminio Ramos contra Vicente Zaldívar, cuando los mexicanos en las 118 libras éramos los jefes de jefes, como los cantantes de bandas. Antes tuvo a Raúl Macías y José Becerra y todos los que se atravesaran por ese establo del llamado Zorro Plateado, el gran George Parnassus. He visto bax, también, desde las Vegas, donde solo la casa gana, y antes, mucho antes, cuando no había televisión directa oía aquellas de Raúl Ratón Macías, que se escuchaban por radio, esta vez desde la XEJF de Tierra Blanca, en el año de 1957, cuando muchos de ustedes no nacían. Peleó Ratón Macías contra un argelino francés, Alphonse Halimi, perdió la pelea y el campeonato mundial y cuando la gente se enteró, casi al otro día, fue tragedia nacional. El Ángel de la Independencia, lloraba. Otras veces seguí a Las Vegas al gran Julio César Chávez, allí le vi dos peleas en el MGM, hotel con estadio. La mejor de él, contra Medrick Taylor, la vi en Orizaba en la casa del gran amigo y muy extrañado y recordado, René Pérez Avellá, fallecido hace poco y cuya muerte sorprendió a todos los que le queríamos. Esa quizá fue la mejor odisea de Julio, pues de ir perdiendo al final le asestó un volado mortal, que al paso del tiempo no solo ganó sino que acabó con la carrera del negrazo.

EL GRAN DON KING Y JULIO CÉSAR CHAVEZ

A Julio lo cuidaba mucho Don King, no había peleador más brillante y taquillero que él. Donde peleaba, llenaba las plazas y los restaurantes y bares, debe ser quizá el mejor de los nuestros, en esas libras. Sucede que un día fui con mi hijo JC, a ver una pelea que quizá compusieron al final. Fiel a mi costumbre, tomé un vuelo México-San Antonio. En Texas comenzaban a habilitar el Alamodome para peleas, un sitio de basquetbol y eventos. Pegado a su famoso rio. Ahora espío en ESPN esa historia. Fue en el año 1993, Julio peleaba contra Pernell Whitaker, un negro malo, pegador, y de lo poco que me acuerdo es que al final la pelea la vimos perdida para el nuestro, pero ya saben ustedes cómo era Don King, como por arte de magia le dieron empate, no podían dejar caer al gran Julio, era el rey de las taquillas. Fue la primera pelea que habilitaban para box. Asistimos 58 mil 720 mexicanos al grito de guerra, en ese septiembre de 1993, presente lo tengo yo. Después ya llegaron De la Hoya y Pacquiao y todos los campeones, pero Julio abrió ese punto deportivo. Cuando la pelea terminó, caminábamos entristecidos los mexicanos al pie de su afamado rio San Antonio, en busca de los restaurantes y los bares de copas, para ir casi a llorar con nuestra derrota. Creo que eso más o menos pasó en la pelea del Canelo y el Kazajistano, uno muy parecido a Putin, el amigo de Trump, que dicen unos que es Putin y otros que no. Vaya usted a saber. Canelo, como miles de mexicanos pegados a la tele, le vimos boxear como pocas veces, con arte, con inteligencia, con pudor, con furia, de un bulto que era a sus inicios, ha mejorado muchísimo, y las televisoras lo han impulsado, ahora las dos monopólicas, el duopolio se ha puesto de acuerdo para transmitir a la vez, yo la veo por TV 13, donde está Julio César de gran narrador. Al despertar en la mañana, mi vecino lo primero que me dijo fue: ‘Le robaron la pelea al Canelo’, el hijo de Putin, aunque es Kazajistano, venía precedido de una gran pegada y, aunque esté medio ruco, poseía record de invicto, entonces me acordé de Parnassus y de Don King, que sobre la marcha, mediante un mensaje a los jueces, les mandaban a decir cómo querían el resultado final, si empate o triunfo, aquí parece que la tarjeta llegó. Un juez dio 118-110 a favor de Canelo, el otro 115-113 al hijo de Putin, y el que empató a 114 para los dos. Bueno, pues prepárense porque, como en aquellos tiempos gloriosos, huele a desempate y seguro Canelo lo liquida en la que sigue, y entonces seguiremos viendo mas Bax, diría Stallone.

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