«Ahora es cuándo Margarita Zavala verá qué tan sólido y sincero era el apoyo que le daban sus correligionarios, especialmente algunos gobernadores cercanos a ella. Ahí están los casos de Francisco Domínguez de Querétaro; Carlos Mendoza, de Baja California Sur, y Martín Orozco de Aguascalientes. Los tres se la estaban jugando abiertamente con la ex-primera dama en su intento de ser la abanderada del PAN a la Presidencia. Pero ahora que se conoció que ya renunció a las filas albiazules, bien podría dedicarles aquella canción que dice: «¿Y qué hiciste con el amor que me juraste?», pues los tres mandatarios se limitaron a lamentar su salida, se lavaron las manos y voltearon pa´ otro lado». Lo publican en «Templo Mayor» de Reforma.